miércoles, 22 de mayo de 2013


Vacas salteñas en alto riesgo

La información del resultado de la segunda campaña de vacunación antiaftósica pone en evidencia lo que fue tantas veces advertido, como desoído. ! ! !
A pesar de estar publicada desde hace varias semanas en la página de Senasa, nadie con responsabilidad sobre el tema en nuestra provincia se da por enterado. Tal vez no lo leyeron. Tal vez lo hicieron y no lo interpretaron o subestimaron su contenido. ¿Creerán que forma parte de nuestro crecimiento?
Una simple mirada al cuadro del Programa de Fiebre Aftosa nos trae a la realidad. La comparación de estos informes con los de años anteriores nos muestra que se deja de lado la vieja conducta de informar el resultado por provincia según orden alfabético.
La segunda campaña vacunal 2012 se informa categorizada por riesgo sanitario. Salta figura entre otras cinco provincias donde, como estrategia, se vacuna todas las categorías en los establecimientos de riesgo.
Salta tiene entonces el 90% de su stock en riesgo sanitario. No hay entre las otras provincias de esta categoría una que iguale nuestro récord. Es más, si se toma el trabajo de sumar las cabezas que tienen riesgo sanitario en todo en país, concluirá en que el 90% del total del riesgo sanitario, hablando de fiebre aftosa en Argentina, está en Salta.
La redundancia del término “riesgo sanitario” es al efecto de intentar conseguir que quien tenga responsabilidad en la presente situación asuma que no se puede seguir con la conducta de ausencia preventiva.
Desde la vigencia de la Res.181-10 del Senasa para modificar la estrategia de vacunación contra la enfermedad a partir de la segunda campaña de ese año, venimos advirtiendo de la mácula que significaba para nuestra provincia, además de poner límites poco claros y nunca discutidos sobre la zona de riesgo fronteriza o zona de alta vigilancia, aunque esto ya pasa a ser secundario.
Imagino hoy la preocupación de quienes invirtieron en cabañas de razas bovinas tradicionales de la región o británicas (toda una novedad), o quienes lograron exportar carnes, sobre el futuro que les espera cuando de “trazabilidad” se trate. Así también entendemos el desánimo para inversiones ganaderas en Salta y la retirada concreta de las que habían apostado su futuro en nuestra provincia.
Lo que no se hace en defensa propia lo termina haciendo otro en competencia. Aquella resolución no fue algo inconsulto (según surge de su propia letra). Sería bueno saber qué opinamos en aquel momento. Una vez publicada se pudo haber formulado un planteo contra lo que significaba una acción que jugaba en contra de nuestros intereses provincianos. Después trascendió los límites nacionales, la OIE la hizo propia y a partir de ahí se genera un escollo más grande a superar.
Hace pocos días una comisión internacional de Evaluación de Riesgos llegó a nuestro país para inspeccionar la acción del Senasa, destacando que nuestro servicio brinda la seguridad necesaria en esa materia. Como resultado se incorporan nuevas regiones a la privilegiada zona de Libre de Aftosa que no practica vacunación. Ya estaba publicada de información que nos condena, por lo que deducimos que esta formó parte del estudio, lo que dificultará sobremanera modificar nuestro estatus.
Plan estratégico 2030
Menuda tarea les cabe a quienes tengan que llevar adelante lo que se anunció en materia pecuaria en el Plan Estratégico 2030.
Declarado de interés provincial por decreto de nuestro gobierno, de las páginas destinadas a la ganadería surge, entre la más importante, la modificación del ordenamiento territorial, el reconocimiento del freno al desarrollo ganadero, rediscusión de las metas propuestas en el Plan Estratégico Provincial 2009 y la puesta en marcha de una política sanitaria que nos permita emerger de la actual Zona de Alta Vigilancia.
Al presentar el Plan, el gobernador expresó: “Ya tenemos un norte”. Es de esperar que así lo asuman todos.
Por estos días se responsabiliza a la sequía del último año de todos nuestros pesares agropecuarios. Nadie puede, en su sano juicio, discutir que el imponderable climático que padece nuestro campo dejará huella y postergará el fruto al esfuerzo de nuestros productores. Pero también nadie en su sano juicio puede dejar de reconocer que nuestros errores comenzaron años antes y fueron generadores de nuestros problemas de hoy. La mejor manera de superar un problema es reconocer que este existe. Ahora debemos superar la sequía de pensamiento, acción, compromiso, ejecutividad y algunas otras como por ejemplo, la ausencia de criterios en la previsión de riesgo sanitario.

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