sábado, 4 de mayo de 2013

Un comercio más libre y justo para lograr la seguridad alimentaria


La Organización Mundial de Agricultores (OMA), con sede en Roma, es la entidad internacional que agrupa a productores de todo el mundo con el objetivo de trabajar en forma orgánica los temas de interés de los agricultores en su sentido más amplio (ganaderos, frutícolas, hortícolas, agrícolas etcétera). En estrecha relación con la FAO, busca potenciar el trabajo de los agricultores del mundo y librar juntos la "guerra" contra el hambre, como la denomina el director general de la FAO, Graziano da Silva.
La Asamblea General anual de la OMA se celebró el último 15 de abril en Niigata, Japón, con la presencia de altas autoridades del país anfitrión.
Por invitación de la Sociedad Rural Argentina (SRA), que representa al continente sudamericano en la OMA, tuve el honor de ser parte de la delegación de Aapresid y Aacrea en la asamblea y realizar una presentación sobre las modernas tecnologías utilizadas en la Argentina como lo son la siembra directa, el uso responsable de los fitosanitarios y la exitosa adopción de la biotecnología. También expuse sobre el trabajo de los grupos de productores que desde hace ya más de 50 años se viene realizando en el país, y que nos ha permitido potenciar la agricultura y la ganadería mediante el intercambio de experiencias.
La OMA tiene como uno de sus objetivos principales fomentar la actividad de los agricultores para lograr la seguridad alimentaria mundial, que sería en definitiva lograr que todas las personas del mundo tengan acceso a los alimentos y a una adecuada nutrición, así como trabajar en pos de la erradicación del hambre como lo propuso en Río+20 el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en 2012.
Parece una obviedad, pero el ansiado objetivo de la seguridad alimentaria se puede concretar sólo si aumentamos en forma importante la producción de alimentos, ya que en los próximos 40 años vamos a tener que producir más alimentos que en 8000 años de historia.
Preocupada por esto y por otros temas como la inserción de la mujer en el agro, el impacto del cambio climático, los pequeños agricultores, el funcionamiento de las cadenas de valor, la OMA generó un documento en Niigata focalizado en las políticas comerciales necesarias para el mejor desarrollo del agro en el nivel mundial. El texto fue consensuado entre las diferentes asociaciones de productores, y se encuentra alineado con los acuerdos de la OMC.
El documento hace hincapié en la eliminación en paralelo de todas las formas de subsidios a las exportaciones, en mejorar el acceso a los mercados agrícolas, en reducir en forma sustancial las medidas distorsivas en mercados locales, recomendando finalizar con las medidas que prohíben o restringen las exportaciones y los impuestos a la exportación.
Estas medidas buscan un solo objetivo, que es que los agricultores del mundo cuenten con mercados funcionando en forma fluida y transparente para poder producir cada vez más y sacar así el máximo provecho a la agricultura en un marco de desarrollo sostenible. Dada la magnitud de la necesidad de producción de alimentos, el mundo no puede darse el lujo de continuar manteniendo restricciones al comercio, que, en definitiva, castigan la producción y encarecen los alimentos dificultando el acceso de la población a éstos.
Estas ideas se alinean a las propuestas del G-20 sobre seguridad alimentaria, ya que ese grupo de países al cual pertenece la Argentina manifiesta que las limitaciones al comercio repercuten en una mayor volatilidad de los mercados afectando con mayor gravedad a los países más pobres y a los importadores netos de alimentos.
El hecho de continuar aplicando políticas restrictivas para la producción en nuestro país no es sólo un problema para la Argentina, sino que repercute en toda la humanidad.
Revertir, en cambio, estas medidas colaboraría en forma sustancial con el esfuerzo por terminar el hambre en el mundo y lograr la ansiada seguridad alimentaria. Generando al mismo tiempo un impulso al desarrollo en nuestro país, especialmente en las localidades del interior, creando nuevos empleos y riqueza a través del desarrollo agropecuario.

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