sábado, 4 de mayo de 2013


Sector porcino tiene retos tecnológicos ante demanda

El sector porcino en Uruguay enfrenta desafíos de mejora tecnológica para estar a punto y plantarse ante una demanda que es creciente. En Uruguay en los últimos tres años el consumo de carne del rubro se incrementó en cuatro veces.
Pasó de casi cuatro kilos por habitante al año a 14 kilos. El uruguayo comienza a incorporarlo a su menú habitual porque los precios se adecuaron y mejoró la eficiencia. Enfrenta sí, competencias con países vecinos como Brasil y Argentina que aplican políticas de aranceles y protección que lo dejan en desventaja. Estas son algunas de las conclusiones que surgieron de una consultoría realizada por los ingenieros agrónomos Eduardo Errea, María Isabel Ruiz y Gonzalo Souto integrantes de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria del Ministerio de Ganadería.
En el rubro, hay una enorme oportunidad vinculada directamente al crecimiento del consumo de los últimos años. La carne de cerdo está competitiva en términos absolutos y relativos a la carne vacuna que es su principal competidor, resumió Errea. Ese incremento se explica por la baja en el precio y la mejora en la calidad del producto que se ofrece. “Es un gran cambio, el desafío es seguir ocupando ese espacio”, afirmó.
Consultado sobre las desventajas que tiene Uruguay en relación a Brasil y Argentina que fue uno de los puntos donde del estudio, Errea informó que ambos son grandes productores y hay medidas “distorsionantes” de protección a la producción de cerdos, o a la producción del alimento de estos. Uruguay, en cambio, tiene que importarlo y eso encarece los costos.
Además hay aranceles aplicados por esos países. Asimismo, Brasil aplica políticas públicas de fomento al sector. Con todo esto, para el experto la solución “definitiva” es que Uruguay comience a ser productor y exportador de carne de maíz y sorgo con lo cual “podemos tener alimento más barato”. Y hay una tendencia a eso.
Hay una perspectiva de mejora; “los países vecinos aplican políticas que también Uruguay puede compensar pero ya es resorte de las políticas públicas” expuso. De igual modo, “Uruguay ha mejorado su competitividad”, concluyó Errea.
El fenómeno más importante que se detectó durante la investigación realizada en base a entrevistas, es el incremento del consumo.
El incremento es mayormente de carne fresca que es de mejor calidad y está a un precio más accesible. Souto dijo a El País que “existe un comportamiento histórico de consumo” vinculado a “la estrella” que ha sido la carne vacuna porque es más accesible y con más alternativa de precios. En Uruguay la relación es 60 kilos por año y habitante de carne vacuna, 21 kilos por año y habitante de carne de ave, 14 de cerdo.
Sin embargo la tendencia en el mundo es totalmente al revés: la de cerdo (24%) supera ampliamente a las aves y vacunas. Ahora con un cambio en la lógica de precios, el cerdo pasó a ser más competitivo “y eso se percibe” sostuvo Souto.
Es un producto “atractivo” para el consumidor “siempre que haya un precio que lo permita y una rebaja atractiva”.
La “sensación” es que el sector en Uruguay “cambia fuertemente” y que tiene un “amplio” desafío que incluye “cambios” en la base productivas y productores pequeños que han mejorado su tecnología (aquellos que no quedaron en el camino)” conviven con cerdos más grandes, de niveles medio y empresarios que han tenido la posibilidad de adaptar más tecnología y se insertan en el nuevo mercado”. El investigador principal del INIA, Gustavo Capra dijo que el cambio “importante” en el consumo, genera una “oportunidad” para Uruguay. “Ya no es algo exótico, no es solo el `lechón de fin de año` sino que se integra al menú uruguayo”, indicó.

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