sábado, 18 de mayo de 2013

La hacienda de invernada, con precios planchados hace dos años


Los precios de la hacienda para invernada están estancados hace dos años, lo que equivale a decir que perdieron por lo menos el 50 por ciento de su valor en moneda constante. Las cotizaciones de muchas categorías se asemejan a las de la hacienda gorda, con una relación favorable que no se daba desde mucho tiempo.
Dos factores principales se combinan para la ocurrencia de esta situación, que anunciaría una nueva fase del ciclo ganadero, caracterizada por el menor interés de los productores en la actividad. La condición económico-financiera de los criadores comienza a complicarse porque deben vender más terneros para sus gastos corrientes. Al mismo tiempo, los compradores toman una actitud muy cauta al saber que la oferta de terneros de 2013 será mayor a la de años previos.
Juan Barberis, consignatario de Liniers, estima que, actualmente, el 70-89 por ciento de la demanda de terneros corresponde a los feed lot. Sus titulares cerraron un mal 2012 por la desfavorable relación de compraventa y por el aumento del precio del alimento, y no quieren repetir lo vivido en 2013.
"Los feedlot son los actores principales en el mercado de hacienda para invernada y pueden manejar los precios hasta cierto punto, porque son pocos y saben lo que hace cada uno", apunta Barberis.
"En años anteriores pudieron haber pagado de más alguna jaula porque la suba posterior del gordo borraba el error, pero en 2013 no se espera un aumento significativo de precios del novillo, al menos en lo inmediato", distingue el consignatario.
A su vez, los criadores están más obligados a vender. "Veo a los criadores más desplatados, llamando al rematador para retirar el cheque por la venta de los terneros lo antes posible. Muchos venden los valores posdatados en el banco para hacerse de efectivo y pagar cuentas", nota un vendedor de artículos rurales de la Cuenca del Salado.
"Las inversiones en molinos, mangas y alambrados ya no tienen el ímpetu de 2011", reconoce.
Como resultado de ambos comportamientos, el precio del ternero de 180 /200 kilos -el más abundante actualmente- oscila entre 10 y 11,50 pesos por kilo, con suficiente disponibilidad estacional por la zafra.
Barberis reconoce que está reapareciendo la ampliación de los plazos de pago. "Quien quiere vender bien los terneros debe dar facilidades a 60 o 90 días. En esos casos, se da la paradoja de que el criador financia gran parte del negocio del corral: si el titular del feedlot engorda rápido un ternero pesado, prácticamente debería aportar sólo el costo del alimento, porque con la venta del gordo podría pagar los terneros financiados por 90 días por el criador", señala el intermediario.
El ternero más liviano -de 140/150 kilos- vale más -12 a 13 pesos por kilo- porque se compra para recriarlo a campo o con ración de baja energía en el corral , y luego se engorda para ser cargado en el último trimestre del año. En esa época, ya debería haber pasado la mayor oferta proveniente de los feedlot que ahora encierran terneros pesados y llegarán al mercado en invierno o a principios de primavera.

PERSPECTIVAS DE ESTABILIDAD

El consignatario prevé pocos cambios en los precios de los terneros en los próximos meses, luego de que pase el pico de zafra. "No hay motivos para que aumente la invernada respecto de los valores actuales, porque tampoco hay perspectivas de movimientos alcistas importantes en los precios del novillo", proyecta.
"El precio de la carne depende, en gran medida, de los ingresos de los trabajadores, muy afectados por la inflación. Ese factor le pone un techo al precio de la carne vacuna sin necesidad de medidas intervencionistas", apunta el empresario.
También contribuye a la tranquilidad del mercado el acostumbramiento de la población a la carne de pollo, luego de dos años de alto precio de la carne vacuna, en los que se llegó a niveles récord de sustitución.
La recuperación del precio del novillo en 2013 podría provenir de un aumento de los volúmenes de carne exportada, una posibilidad remota en el actual contexto económico interno. La actividad sigue afectada por un tipo de cambio no competitivo y retenciones del 15 por ciento, que los barren de los mercados de ultramar.
La tranquilidad del mercado de invernada se extiende al de hacienda para cría. "Una vaquillona preñada costaba 550 kilos de ternera el año pasado, cuando todavía había intención de aumentar el rodeo de muchos productores. Hoy la relación cayó a 400 kilos de ternera, valor que equivale al promedio histórico, lo que demuestra que el proceso de recuperación del stock pierde fuerza", señala.
Los alquileres de campos ganaderos también comienzan a verse afectados por el menor interés de los productores por la actividad. "Hay pocos pedidos de campos ganaderos para pastaje o capitalización, y mayor oferta porque muchos campos de mediana aptitud agrícola han sido abandonados por los pools de siembra" concluye Barberis.

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