martes, 21 de mayo de 2013

LA EMBESTIDA CONTRA GARETTO EXCEDE A CONIAGRO Y ACA, E INCLUSO AL SECTOR AGROPECUARIO


El actual Gobierno nacional quedará en los anales como el más autoritario desde el advenimiento de la democracia; la contante y creciente injerencia en temas institucionales, gremiales y empresarios que no le conciernen, forma parte del vademécum K y, a la hora de actuar no reparan en recursos ni metodologías para concretar sus propósitos.

Los hechos de intrusión completan una extensa nómina con diferentes matices e instancias y, los avances no hacen distingos de competencias. Para sólo mencionar algunos casos podemos citar: intromisión en el movimiento obrero, generado divisionismo e impulsando la creación de centrales adictas; interfiriendo en su propio partido, imponiendo candidatos en claro desconociendo las potestades y autonomías provinciales; sometiendo y condicionando al periodismo con la pauta oficial o, utilizando fondos del erario público para contratar reporteros que le hagan el panegírico; utilizar una mayoría circunstancial en el Congreso para sojuzgar la Justicia, politizándola, etc.

Fuertes embestidas fueron y están siendo direccionadas hacia entidades civiles protagónicas; así es como intentaron imponer (sin éxito) a un presidente en la Unión Industrial Argentina. Pero el apetito hegemónico no se circunscribe a influir sobre sectores determinados. Con la recreación de la Confederación General Económica “CGE”, en la que entronizaron al cuestionado dirigente ruralista K, Ider Peretti, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, no deja de bregar por dotar a esa entidad de una magnitud y peso específico que está muy lejos de contar, pretendiendo que así que el empresariado orbite en la galaxia oficialista.

La obsesión de Moreno es otorgarle protagonismo a entidades que le responden incondicionalmente: la Cámara de Productores y Exportadores de Cereales y Oleaginosas “CAPECO”, creada en agosto de 2012 y que también comanda Peretti y, la Cámara de Empresas Exportadoras de Cereales “CEEA”, que conduce Miguel Saredi, con las que sumadas a la ya citada CGE, procura limar la gravitación de la UIA, AEA, CIARA-CEC y CERA. Para lograr su objetivo Moreno no titubea en fragmentar las organizaciones antes mencionadas, restándoles empresas referentes, utilizando como elemento de “seducción” beneficios en la repartija de cupos u otras concesiones.

Con relación al sector agropecuario, los experimentos para dividirlo y resquebrajarlo se han multiplicado y constituyen la principal consigna oficial. El cúmulo de tentativas se viene engrosando desde el 2008, cuando el conflicto de la Resolución 125, para ello diferentes funcionarios y, apelando a distintas estrategias lo intentaron sin lograr su cometido. No obstante, desde el poder no están dispuestos a cejar en tal aspiración; ahora el embate es contra Carlos Garetto, presidente de CONINAGRO, a quien por interpósita persona el zafio Guillermo Moreno le requirió la renuncia.

La dimisión no está en los planes de Garetto, por lo que el secretario de Comercio está empleando variantes más drásticas para conseguir la ansiada desvinculación, sin detenerse en medir las consecuencias que el desenlace puede desatar. El funcionario, avalado por la superioridad, se ha impuesto romper a la Mesa de Enlace y ser el artífice de la conquista; pretendiendo además acelerar los tiempos, a los efectos de anteponerse a la protesta que con dudas y paciencia viene demorando la conducción ruralista.

El plan B de Moreno contempla dos alternativas: que sea la dirigencia de la propia confederación quien persuada a Garetto de dar el paso al costado, o en su defecto, que su entidad afiliada más poderosa, la Asociación de Cooperativas Argentinas “ACA”, de el portazo retirándose de CONINAGRO. Para forzar esta salida el funcionario arguye que la sociedad conducida por Daniel Biga es favorecida por la discriminada entrega de ROeS e, importantes créditos otorgados por el Banco Nación. Incluso fiel a su patoteril compostura, el rudo funcionario tampoco se inhibió de amenazar con lisa y llanamente con la intervención.

Cabe consignar que ACA está integrada por 156 cooperativas de primer grado asociadas, que nuclean aproximadamente 50.000 productores y, 34 Centros de Desarrollo Cooperativo. Cuenta con una capacidad de almacenaje de cereales y oleaginosas del orden de 7.000.000 de TT y 50.000 TT de aceite. ACA es una importante exportadora, como así también proveedora de sus propias industrias y de terceros. Tiene criaderos y semilleros, plantas de acopios de granos diseminadas por varias localidades de la pampa húmeda, proveyendo además todo tipo de insumos agropecuarios.

Como terminará esta arremetida es toda una incógnita, como en todo ente colegiado no existe unanimidad de criterios; si bien dentro de ACA hay algunos consejeros que prefieren no confrontar con el Gobierno, la mayoría de los dirigentes no suscribe al alejamiento de Garetto, ni tampoco proclives a retirarse de CONINAGRO. Incluso en las bases, el actual titular de la confederación tiene un gran predicamento, precisamente por su profusa militancia en el cooperativismo y el gremialismo rural, ejercido en la propia ACA.

La magnitud de la cuestión excede el ámbito de las entidades directamente involucradas; el absurdo proceder de Guillermo Moreno es un llamado de atención para todo el sector agropecuario, e inclusive para las demás organizaciones que invisten representaciones sectoriales. Si la improcedente e injustificada intromisión logra consumarse, será un pésimo antecedente y la plataforma que posibilitará próximos atropellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.