domingo, 26 de mayo de 2013

Chile : La estrategia de las escuelas de Agronomía para enfrentar los nuevos desafíos

Foco en el desarrollo de competencias, especialmente las blandas; relación internacional, cambio de la tesis por residencias en empresas; nuevas asignaturas que incorporen las tendencias que van apareciendo, como de sustentabilidad, están entre las fórmulas que incorporan las universidades a lo largo del país para formar profesionales que respondan a las demandas que impone hoy el mercado.
La caída de los puntajes para ingresar a Agronomía es una realidad que ha puesto a los decanos de las distintas Facultades de Agronomía en alerta.
Aún más, en un mundo tan competitivo, que cada día impone nuevas demandas y desafíos, es fundamental asegurar la inserción laboral de los egresados, para lo cual es relevante que su formación incorpore lo que el mercado espera de ellos.
Les toca desempeñarse en un mercado donde aparecen conceptos como el de alimentos, más que el de materia prima; el de sustentabilidad, más que solo productividad; y donde innovación y tecnología se asocian en forma permanente a cualquier actividad. Esto en un sector donde hoy los salarios probables para un joven a los cuatro años de titularse en agronomía oscilan entre un millón y seiscientos mil pesos, dependiendo de la universidad en que estudió, y con una tasa de empleabilidad se mueve entre el 84% y el 60% al primer año de egreso.
Las facultades de Agronomía están conscientes y preocupadas del fenómeno y, por ello, desarrollan iniciativas y estrategias para responder a estas nuevas demandas.
“La idea es ir detectando las nuevas demandas o competencias que piden a nuestros egresados. Tenemos un Comité Curricular Permanente que está revisando los cambios que deben hacerse tanto por los cambios en la agricultura y la agronomía, en Chile y en el extranjero, como por los cambios en los estudiantes y en las metodologías educativas”, precisa Juan Ignacio Domínguez, decano de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
“Estamos experimentando un cambio extraordinariamente interesante que nos lleva a asumir la potencialidad de hogares que nunca habían sido expuestos a la educación superior. Nos preocupa porque existen factores de comprensión y entendimiento que vienen de las casas, y hoy tenemos un grupo de alumnos que nunca había tenido la oportunidad de ser transformado en actor de producción, de desarrollo, de innovación; es una coyuntura única en la que debemos avanzar. Esta responsabilidad debiera anteponerse a la competencia por la matrícula de alumnos y ser un incentivo para lograr que la educación superior sea una realidad posible para todos los chilenos”, reflexiona Antonio Lizana, decano de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Chile.
Para el decano de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la UC del Maule, Nelson Loyola, las nuevas tendencias van hacia la innovación y emprendimiento, a generar profesionales capaces de originar fuentes de trabajo, crear empresas y desarrollar actividades productivas alternativas, a aportar valor a las materias primas, a crear alternativas productivas basadas en la gestión de recursos naturales y la oferta de servicios asociados como programas de riego, administración predial, programas de poscosecha de productos perecibles, agricultura de precisión, entre otros.
Habilidades blandas
Antonio Lizana cuenta que en los últimos años ellos han puesto en práctica la educación continua y la educación por competencias, que todavía no es bien entendida en Chile. “Aquellos que estudiamos fuera del país conocimos bien que la responsabilidad de las instituciones es proporcionar las posibilidades de educación superior con toda la gama de alternativas, y la de los alumnos es elegir las que más les atraen o convienen para su conocimiento y perfeccionamiento. Según este principio, las mejores universidades son las que ofrecen más alternativas y de mejor calidad en educación superior”, plantea.
En la misma línea trabaja la UC del Maule. “La Escuela de Agronomía ha implementado un currículum basado en competencias, el cual está en su segundo año de ejecución con los alumnos ingresados el año 2012″, cuenta Nelson Loyola.
En esta nueva forma de aprendizaje el método se centra en el alumno y los logros que se alcancen a través de los temas que cada asignatura tenga contemplados.
Loyola explica que las temáticas y las asignaturas responden a las demandas que exigen los empleadores, tanto del medio privado como público; poniendo énfasis en las competencias blandas y que dicen relación con la autoestima, proactividad, basándose en aspectos motivacionales y de superación.
Comenta que en la construcción de la propuesta curricular vigente se consultó además a estándares nacionales e internacionales referidos a la esencia de un Ingeniero Agrónomo, el cual debe estar en armonía con el medio ambiente y la sostenibilidad de los recursos naturales y en la generación de procesos productivos basados en producción limpia y en una agricultura sostenible.
En Ciencias Agrarias de la Universidad Austral también se han enfocado en el tema de las competencias, para lo que están capacitando a los profesores. Otra de las estrategias de esta facultad es intensificar la interacción con el medio agropecuario (empresas, productores, instituciones públicas y privadas, y agrupaciones, nacionales y extranjeras), “desarrollando investigación pertinente tendiente a resolver los actuales problemas del sector”, acota Ricardo Fuentes Pérez, decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Austral de Chile (UACh).
contacto exterior
El decano de la Facultad de Recursos Naturales de la UC de Temuco, Gabriel Vivallo, precisa que desde sus inicios la Escuela de Agronomía se ha preocupado de estar en constante observación de lo que el futuro depara para la actividad, a nivel nacional e internacional, de manera de formar profesionales que respondan esas demandas.
“Para enfrentar dichos desafíos, creo que es fundamental contar con un cuerpo académico de excelencia, de alto compromiso, dedicación y por sobre todo bien preparado en lo académico. En este sentido, actualmente el 100% de los académicos de esta unidad cuentan con estudios de posgrado y sobre el 90% con el grado de doctor. Asimismo, todos tienen diplomados en educación universitaria y en cierta medida fueron pioneros en parte del actual modelo de formación de la UC de Temuco”, precisa.
En términos de infraestructura, cuenta que la escuela ha invertido en nuevas dependencias y equipamiento que permitan a sus estudiantes optar a una mejor preparación profesional, siendo muchas de estas iniciativas financiadas a través de concursos Mecesup.
Los alumnos que salen hoy tienen que estar preparados para moverse en un mundo globalizado. Por ello, en las distintas facultades consideran esencial el intercambio con el extranjero, donde no solo conocerán una cultura que muchas veces impone sus exigencias a los productos que Chile produce; sino que también conocerá otras formas de hacer las cosas y de pensar.
En la de Temuco, por ejemplo, los estudiantes pueden optar por intercambios con países del Mercosur y Francia, gracias a las acreditaciones nacionales e internacionales que tiene la escuela. “Esto es sin duda una gran oportunidad de desarrollo para nuestros estudiantes, muchos de los cuales provienen de familias de muy escasos recursos de la región”, resalta Vivallo.
residencias en lugar de tesis
En el mismo camino, una de las iniciativas que en el último tiempo está desplegando la UC son las “residencias externas”, que nació como alternativa para algunos de los egresados previo a su titulación y que, además, tiene la riqueza de detectar la realidad que se vive en las empresas y ahondar en las competencias que necesita el sector productivo de los profesionales.
Domínguez explica que esta “residencia” consiste en que una vez que el egresado completa sus estudios -en reemplazo de la tradicional memoria o tesis- trabaja por 5 meses en empresas o instituciones nacionales o transnacionales previamente seleccionadas, siendo supervisado o guiado por un profesional de la empresa o institución y por un profesor de la facultad. Hay un seguimiento estrecho sobre el alumno y un eficiente feedbak de los profesionales sobre la calidad de la formación”.
En la U. Austral también buscan incentivar el intercambio internacional e incluso tienen un programa de doble titulación con Francia. “Con el objetivo de dar una visión más amplia a los estudiantes hemos implementado activos programas de movilidad estudiantil, tanto para Latinoamérica como para Europa, a través de programas como MARCA, CHILFAGRI y otros. Como complemento a esta línea, la Escuela de Agronomía, recientemente, cuenta con un convenio de doble titulación con el Instituto de VetAgroSup de Francia”, comenta Fuentes.
Seguir en contacto
Las universidades también han visto que una forma de obtener feedbak tanto sobre cómo lo están haciendo, como sobre las demandas que vienen de las empresas, es el contacto con los egresados, para así mantener una relación de continuidad.
“Fuimos gratamente sorprendidos cuando, a raíz del proceso de reacreditación, tuvimos que visitar a los empleadores que contratan a nuestros egresados y titulados, donde pudimos constatar que les tenían una alta estimación. Y no es una mera impresión, están los datos que lo avalan”, acota Lizana. A partir de ese descubrimiento, en la U formaron una unidad a cargo del profesor Rodrigo Callejas, que se ocupa de la relación investigador – empresa, a fin de mantener este vínculo y estar al tanto del destino de los alumnos.
Es lo que ha pasado en el norte con UCHILECREA: aquellos que desarrollaron su memoria de título en esas localidades se quedaron en la zona, y los agricultores han solicitado su apoyo, pues reconocen la efectividad de sus conocimientos. Lo mismo está sucediendo hoy en la Sexta Región.
Sustentabilidad y productividad
A juicio de Fuentes, de la UACh, en nuestro país, al igual que en la mayor parte del mundo, la enseñanza de la Agronomía se está concentrando en entregar las herramientas para enfrentar los desafíos que imponen la creciente demanda y competitividad por suelo, agua y energía, causada por un mayor crecimiento de la población con necesidad de una justa prosperidad, en un escenario con un fuerte compromiso con la sustentabilidad de los recursos naturales, respeto al medio ambiente y a la salud de las personas.
“El tener en consideración estos desafíos, no solo hará una agronomía acorde con los requerimientos demandados en la actualidad, sino un área con fuerte impacto en el desarrollo del país y de la humanidad”, indica Fuentes.
Para las universidades es clave comenzar a considerar las nuevas tendencias de mercado, que no solo pasan por producir más y mejor, sino por diferenciar el producto en términos de calidad u origen, por ejemplo.
El decano de la UC de Temuco señala al respecto que las nuevas tendencias no solamente pasan por producir más y mejor, sino que fundamentalmente por diferenciar el producto en términos de calidad o de su origen, el cual es demandado. “No producir lo que sabemos, sino lo que los consumidores desean. En este sentido hay un conjunto de herramientas tecnológicas que a mi juicio deben considerarse, como son la modelación y la agricultura de precisión”, recalca Vivallo.
Lo importante es entregar a un profesional que además maneje las nuevas tecnologías e incorpore las nuevas tendencias en los distintos ámbitos, para que así pueda apoyar el desarrollo del sector en el que trabaje.
Autoestima y proactividad
están entre las competencias que se están enseñando.
Redes de contacto
entre los antiguos alumnos es una de las formas de mantenerse al día de las nuevas demandas y tendencias.
 Para dÓnde va la agronomíaEn los últimos años, dos conceptos que impactan a la agronomía son alimentos y sustentabilidad. Ello implica, según Juan Ignacio Domínguez, de la UC, que “en el caso de los alimentos, tenemos que mejorar la cadena completa desde producción hasta el consumidor, lo que incluye mejorar la eficiencia productiva predial (eficiencia en mano de obra por ejemplo) y los atributos de calidad (poscosecha), inocuidad, trazabilidad, procesamiento y comercialización, etc. Sustentablidad, en tanto, implica que todo el proceso debe hacerse en forma diferente, protegiendo el medio ambiente y al hombre, dentro de una perspectiva que haga viable económicamente la actividad.
El decano de la Universidad de Chile, Antonio Lizana, señala que buscando mejorar el futuro de la agronomía, la industria y los recursos naturales, es que los académicos de la Facultad de Cs. Agronómicas realizan una investigación que está centrada en la innovación y la rigurosidad científica: “De hecho, y si contamos solo las investigaciones que se están desarrollando actualmente en la facultad, llegamos a un número de 60 proyectos”.
“El problema más grande que tenemos en la actualidad se debe a que los errores se cometen porque la gente todavía no entiende cómo funcionan los sistemas de producción, transformación y preservación de alimentos en un ambiente de conservación y protección de los recursos naturales. Hay mucho que hacer en capacitación y en educación. ¿Cuál es nuestro rol? Ser la facultad que enseñe a: cómo producir alimentos sanos, buenos y de calidad; cómo modificarlos, creando más duración en poscosecha, con más calidad, diversidad y una mejor imagen; cómo conservarlos y cómo presentarlos. Hoy tenemos una industria productora de alimentos que nos enorgullece: somos los primeros productores de salmón del mundo y poseemos las primeras exportadoras de uva de mesa del mundo”, advierte Antonio Lizana, de la U. de Chile.
“No podemos olvidar, para una mejor calidad de vida, el conocimiento y respeto por los ambientes en que vivimos. Por ello la preparación de los Ingenieros en Recursos Naturales Renovables ha sido una meta complementaria de entendimiento, conocimiento, fomento y preservación de nuestro entorno”, precisa, apuntando a uno de los nuevos programas que creó su facultad.

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