domingo, 12 de mayo de 2013

A pesar de sembrar menos, en ASAGIR ven como ¨positiva¨ la campaña de girasol


- Jorge Ingaramo dijo que el rendimiento promedio de los últimos tres años superó al trienio anterior.

Con un volumen de negocios calculado en alrededor de 2 mil millones de dólares, el girasol concluye con una campaña considerada “positiva” por Jorge Ingaramo, asesor económico de ASAGIR. El cultivo, a pesar de ser desplazado a las zonas marginales, mostró una mejora sustancial en sus rendimientos. Por el contrario, la alta presión impositiva a través de las retenciones (30%, cinco puntos menos que la soja) es señalada como el gran escollo para su crecimiento.

Ingaramo hizo un balance de los últimos años, en los que estimó “un promedio de 20 quintales por hectárea en los últimos tres años, 25% más que los tres años anteriores. Los mejores rindes (se dieron) sobre todo en provincia de Buenos Aires, salvo Oeste bonaerense”.

Si bien “hubo una menor área porque para mucha gente el girasol es un cultivo que no puede competir en determinados suelos con la soja”, hubo regiones que sí incrementaron su área: “Chaco sembró más, Santa Fe sembró más porque es el que se siembra primero y necesitaban plata rápidamente. En síntesis, uno puede decir que fue una campaña positiva”.

Ingaramo estimó que, si el cultivo tuviera la misma área sembrada que en 2006, y mantuviera los actuales rindes, “se generaría para el país un ingreso adicional de 600 a 700 millones de dólares”.

En un comienzo, cuando el girasol comenzó a ser desplazado por la soja, “los rindes iban para abajo. La virtud del girasol de funcionar con poca agua no se podía expresar. Ahora, con clima mediante y mejoras aún en esa zona no favorable, tenemos 3,5 quintales por hectárea más. Se ve una recuperación importante”, señaló.
El girasol, al contrario de lo que ocurre con la soja, es un producto que se industrializa para su exportación: “De una producción de 3,1 millones de ton, 50 mil salen como grano, el resto se industrializa. El valor total del negocio, con mercado interno incluido, es de 1900 a 2040 millones de dólares, un negocio interesante para Argentina”.

Ingaramo pidió, además, un trato impositivo diferente. O sea, bajar las retenciones: “Tenemos una retención injustificada. El producto con valor agregado tiene 30% de retenciones y el grano, 32%. El girasol es más caro para producir que la soja, se siembra más lejos de los puertos y además es un baluarte de economías regionales. Se justifica que tenga un tratamiento impositivo más similar al maíz, de 20%, que la soja, con 35%”.

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