viernes, 5 de abril de 2013

SI REABRE EL FRIGORÍFICO URIBURU, VUELVE LA EXPORTACION DE CARNE EQUINA DE LA PAMPA


Uriburu, con su millar y monedas de habitantes, está expectante. Desea volver a ser protagonista de la exportación cárnica equina.

Cinco (5) son los frigoríficos habilitados para faenar ganado equino y exportar. En la localidad de Uriburu, La Pampa, se encuentra uno de ellos. Tras una paralización, de siete meses, se anuncia ahora por tercera vez su reapertura productiva; quizá sea para el próximo mes de mayo. Los otros cuatro son: Entre Ríos SA (Gualeguay, Entre Ríos); Aimar (Río Cuarto, Córdoba); Indio Pampa (Trenque Lauquen, Buenos Aires) y Lamar (Mercedes, Buenos Aires).
En el amanecer de la primavera del 2012, Ernesto “Tito” Lowenstein -otrora dueño del Frigorífico “PATY” y del complejo turístico “Las Leñas”, inaugurado en 1983-, dejó de contratar el servicio de faena, en Uriburu y el propietario de la planta industrial Carlos Serrano, residente en Gualeguaychú (Entre Ríos), la cerró.
La noticia del reinicio de actividades se viene anunciando oficialmente desde hace meses. Parece que ahora será cierto. Sin duda, la reanudación industrial dará tranquilidad a las 60 familias afectadas por la clausura de actividades, de una planta que llegó a emplear mayor cantidad de mano de obra.
El reencauzamiento industrial productivo operaría a través de un nuevo convenio entre Lowenstein y Serrano. Aquel está al frente del Frigorífico General Pico (de vacunos) y estrechamente relacionado con el Frigorífico Aimar, de Río Cuarto, donde la faena es de equinos. Va de suyo que Lowenstein es una de las personas que mejor conoce la comercialización de carne equina.
Carnes como fuente de alimentación.
La alimentación de los pueblos es una cuestión vinculada a sus culturas. Se debe ser respetuoso de ello. No es que unas sean malas y las otras buenas.
Hace más de tres décadas llegaron los primeros asiáticos a nuestra geografía pampeana. Para muchos de ellos era saludable comer carne de gatos o perros; así como otros -de diversas regiones- consumen ranas, moluscos y caracoles o liebres, piches, vizcachas, pumas o ñandúes y los consideran verdaderos manjares.
En nuestra cultura culinaria argentina no fue común degustar carne de equinos. Siempre se fue preferentemente hacia bovinos, ovinos y caprinos.
No obstante hay lugares, en el mundo, donde los platos en base a carne de equino son saboreados de una manera muy especial.
Por ello comenzó aquí la faena de yeguarizos, teniendo como objetivo principal la exportación hacia países consumidores.
Algo de historia.
Ya en la época colonial se faenaban yeguarizos gordos, para exportar la cerda de sus colas y crines, a la colonia portuguesa de Güinea, África occidental. Los cueros se exportaban a Europa o se aprovechaban para confeccionar baldes volcadores (con los que se extraía agua de los jagüeles), catres, techos de carreta y sogas complementarias del recado criollo. Las reses iban a las “graserías”, en un porcentaje mínimo, para elaborar jabones y velas.
La primera prohibición para faenar ganado caballar quedó plasmada durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. El caballo fue y es un noble compañero del hombre. Por eso incluso -y se lo ve hasta el día de hoy- la cabalgadura, del hombre rural, espera la muerte en el mismo campo y cuando ello ocurre ni siquiera se le saca el cuero.
Luego a partir de 1854 los saladeros bonaerenses llegaron a faenar cerca de 200.000 equinos, para exportar los cueros secos.
Llama la atención observar en los registros de la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación que, en 1968, se faenaron mas de 400.000 yeguarizos en 23 frigoríficos. Y, sin ir tan atrás, en el 2010 se sacrificaron más de 150.000 animales.
En 1974, el Ministro de Economía José Ver Gelbard auspició un decreto con ciertas limitaciones sobre la matanza. Los machos debían ser mayores de 12 años y las hembras de 15, salvo ejemplares lastimados.
Durante la presidencia de Raúl Alfonsín se prohibió la faena de caballos, a lo largo y ancho del país; hasta que en 1995 (Ley 24.525) fue abolido ese precepto jurídico.
Consectario.
Uriburu, con su millar y monedas de habitantes, está expectante. Desea volver a ser protagonista de la exportación cárnica equina.
Argentina lidera las ventas en el mundo, a través de la exportación, especialmente a Rusia (casi el 50%), Holanda (más del 20%), Francia (entre el 12 y el 15%) Japón (7 u 8%), e Italia y España, en menor proporción.
La equina es una carne más magra que la bovina, dulzona por el alto contenido de glucógeno, hierro y elevada digestibilidad.
Un equino ofrece un 70% de carne (músculo), mientras que el bovino no llega al 60%, en líneas generales.
Pedro Álvarez Busto

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