lunes, 8 de abril de 2013


 Una propuesta para el trigo.

El autor critica las actuales políticas comerciales que afectan al mercado de trigo y propone medidas que, asegura, generarían una producción de más de 20 millones de toneladas y permitirían satisfacer ampliamente a la demanda interna y a los compradores internacionales. ”La industria molinera debe competir en igualdad de condiciones con la exportación”, afirma Arturo Jose Navarro.
 
Lo fundamental para cualquier política agropecuaria llegó el domingo de Pascua con importantes lluvias en gran parte del país. Pero para duplicar los 10 millones de toneladas de trigo del año pasado necesitamos cambios importantes en las políticas para aumentar la producción, que esté orientada por la libertad de los mercados para darle previsibilidad y competitividad a la cadena triguera.
  
   Si repetimos las mismas políticas los resultados no pueden ser diferentes en la campaña 2013-2014. La cosecha anterior fue de las peores de la historia argentina. Con el agravante de que por la intervención discrecional del Gobierno desde el 2006 hemos perdido al mayor comprador de trigo del mundo -que está dentro del Mercosur- como es Brasil, con aranceles preferenciales de un 15% para la Argentina.
  
   Por la arcaica política de sustitución de importaciones y la falacia de la defensa de la mesa de los argentinos, los ciudadanos pagan igual el pan al valor que determina la inflación de 30%, tenemos que restringir las exportaciones de harina de 1.100.000 millones de toneladas a 300.000 toneladas para el 2013 y el gobierno tiene que reaccionar los saldos concedidos para exportar como consecuencia de que el país no alcanzó a producir 10 millones de toneladas.
  
   Pero lo más grave de todas estas intervenciones arbitrarias es que han hecho desaparecer el funcionamiento normal de los mercados de futuro que no nos permiten tomar los altos precios con anticipación suficiente en los mercados internacionales, obligando a los operadores a fijar primas de riesgo mayores por la imprevisibilidad de nuestro país.
  
   Señora Presidente, con todo respeto, los productores agropecuarios no le creen a este Gobierno y es usted la única persona que puede modificar esta situación si abre una instancia de diálogo constructivo como el que usted pide internacionalmente. La mayoría de la dirigencia del sector la quiere ayudar, porque al cambiar la política mejorará la situación del sector y el país aumentará las producciones.
  
   El sector no puede comprender que Guillermo Moreno pueda amenazar, sin que nadie le llame la atención, con gravar la producción de cebada para desactivar su siembra, para obligar a sembrar trigo aunque la rentabilidad sea negativa por capricho de dicho funcionario. Mostró una total ineptitud para manejar esta producción desde que está en funciones, como ha sucedido con todas otras actividades económicas en las que intervino. Las decisiones económicas de un país no se cambian por medio del garrote y muchos menos con medidas sin norma que la respalde, porque resta previsibilidad a las políticas.
  
   Hoy el rinde de indiferencia en campo propio es de 34 quintales por hectárea. Siendo que el rinde promedio del país es 28 quintales, los resultados son negativos. En campo arrendado -que cubre el 60% del área sembrada- los números son realmente preocupantes y de no cambiar las variables muchos productores no van a poder sembrar si no se cambia la ecuación económica.
  
   ¿Sabía, señora Presidente, que en el ciclo 1902-1903 se sembraron en el país 3,69 millones de hectáreas de trigo, casi la misma superficie que el año 2012? En el ciclo 1928-1929 el país pudo sembrar 9,2 millones de hectáreas del cereal con otras herramientas y otras tecnologías. Asumamos que si hubiera política de Estado previsible estarían dadas las condiciones para poder sembrar por lo menos 7 millones de hectáreas, y que con las nuevas tecnologías podríamos producir 3.200 kg/ha promedio que nos permitirían cosechar un total de 22.400 millones de toneladas de trigo.
  
   Estos datos demuestran que en una política triguera el objetivo no puede ser abastecer solamente el mercado interno con 6 millones de toneladas y el sobrante de dicho saldo exportarlo a precio de remate. Si definimos a la cadena triguera como un negocio estratégico para el país, tenemos la posibilidad de producir 20 millones de toneladas como piso, si adoptamos todas las nuevas tecnologías en biotecnología y manejo de insumos. Además, al ser un cultivo de invierno es indispensable para una buena rotación de cultivos para la conservación de nuestras tierras, equilibrando al mismo tiempo la actividad agrícola durante todo el año y de esa forma promoviendo el desarrollo y crecimiento sostenido de una cadena de trigo más dinámica, aumentando su PBI todos los años. Todo esto sería posible siempre que volvamos a una política económica abierta al mundo con mayores exportaciones y, de esa forma, abastecieramos mejor el mercado interno.
  
   Con todos estos argumentos formalizo los puntos más importantes de una propuesta para poder producir 20 millones de toneladas de trigo en el próximo ciclo 2013-2014: El mercado de trigo debe funcionar libremente y sin impuestos distorsivos para que el productor reciba el valor internacional como nuestros competidores.
  
   Debe abrirse el registro de exportación de trigo en los plazos originales históricos para anotar las operaciones futuras y permitir aprovechar los valores de los granos internacionales cuando se toman las decisiones de las siembras.
  
   Deben eliminarse todas las intervenciones en el funcionamiento interno del mercado de trigo.
  
   La industria molinera tiene que competir en igualdad de condiciones con la exportación en los mercados, para que reflejen con más transparencia el precio internacional. No corresponde que sigamos haciendo una reserva de 6 millones de toneladas para elaboración interna. Esto se hace con los mercados a término.
  
   Debe promoverse la transparencia en toda la cadena de trigo, harina y pan, como la única manera de generar igualdad de condiciones en la competencia.
  
   Que el Estado con los mayores recursos del aumento de la producción y exportación atienda con subsidios directos, sin corrupción, los problemas de los necesitados.
  
   Los tiempos electorales no siempre coinciden con los ciclos biológicos. Lo que no se pueda resolver en el mes de abril por ser año electoral será un limitante para poder llegar a las 20 millones de toneladas de trigo 2013-2014 que propongo.
  
   No es sensato y de buena gestión limitar el crecimiento de toda la cadena por 6 millones de toneladas para el consumo interno, de las cuales solamente 2 millones son para elaborar el pan común para los 40 millones de ciudadanos. Con solamente el 10% de la producción de 20 millones de toneladas se cubren dichas necesidades y queda el 90% como potencial de producción para el abastecimiento interno y para cumplir con nuestros compradores externos.
   

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