lunes, 8 de abril de 2013


La gestión de la salud animal y pública es responsabilidad de todos

Si bien cada grupo social tiene una forma distinta de ver un problema con relación a sus intereses, es clave seguir avanzando en la definición de sus roles.
La prevención, control y erradicación de las enfermedades animales -y, entre ellas, las denominadas zoonóticas- es una tarea conjunta de todos los actores intervinientes en las distintas cadenas de ganados y carnes del país.
Esto implica el involucramiento de los productores, veterinarios privados, a­gentes que intervienen en la comercialización de animales y productos, la industria (tanto la productora de medicamentos, como la faenadora de animales, procesadora y elaboradora de alimentos), los organismos públicos de formación profesional, investigación y transferencia (universidades, INTA, CONICET) y de salud humana, y los gobiernos provinciales. Claro que a ellos se suma el Senasa, cuyo rol de autoridad sanitaria en el Estado nacional, lo lleva a ser responsable de la implementación de las políticas públicas y la certificación nacional e internacional.
La ayuda de un profesional privado para producir más y mejor es, sin dudas, una inversión y no un gasto.
En este Sistema Sanitario Nacional (SSN), cada actor tiene su responsabilidad, establecida según normas como en cualquier sociedad. Por tanto, el Estado tiene el poder de policía sanitaria, conferida en este caso al Senasa.
Para esta tarea, es imprescindible que el servicio oficial realice la gestión de la sanidad animal, interesando a todos los actores, consensuando, coordinando y complementando el accionar de los mismos, a través de una estrategia de intervención. La OIE describe en su documento “Herramienta de Evaluación de las Prestaciones de los Servicios veterinarios (PVS)”, que un Servicio Veterinario Oficial debe poseer:
• Recursos humanos, físicos y financieros para conseguir medios y retener a profesionales con competencias técnicas y capacidad de liderazgo.
• Autoridad y competencia técnica para abordar temas nuevos y de actualidad (incluidas la prevención y la lucha contra las catástrofes biológicas) basándose en principios científicos.
• Capacidad de acceso a los mercados, gracias al cumplimiento de las normas vigentes y a la aplicación de conceptos nuevos como la armonización de las normas, la equivalencia y la zonificación.
• Interacción continua con las partes interesadas para obtener información actualizada y prever programas y servicios comunes adecuados.
Es en este último punto, el trabajo intersectorial a través del SSN que lleva implícita la interdisciplinariedad (porque pone en evidencia que la atención veterinaria no es apenas un problema con especies susceptibles a diversas enfermedades, sino fundamentalmente un problema social), en el que intervienen diversos actores con variados intereses: cada grupo social tiene una forma distinta de ver y analizar un problema específico con relación a sus intereses.

Responsabilidades para todos

Por todo ello, es claro que existe un variado nivel de participación social.
La descentralización busca una mayor participación social y efectividad de acción, lo cual lleva a una mayor capacidad de respuesta.
Para entenderlo mejor, debemos trabajar los roles y responsabilidades de cada uno de los actores. La estrategia de intervención que implica trabajar dentro de un sistema sanitario nacional lleva a realizar actividades y acciones en interacción continua con las partes interesadas. De esta forma, se dan cuestiones como la descentralización que implica la transferencia de parte de la autoridad (no la responsabilidad que sigue siendo del Senasa), para certificar la salud animal (veterinarios acreditados) o actos como al vacunación de fiebre aftosa y brucelosis, a través de veterinarios privados y ONG de productores.
Los modelos que contemplan la descentralización son modelos con interacción local de todos los actores. Abordan los problemas con otras ópticas, incluyendo la producción animal.
Ello genera una mayor responsabilidad recíproca entre todos, la cual se traduce en acciones más efectivas, eficientes y oportunas en respuesta a las necesidades reales de la ganadería local. En consecuencia, hay una mayor capacidad de análisis y comprensión de la realidad ganadera y, por ende, una mejor respuesta.
Por ello podemos asegurar que la descentralización busca una mayor participación social y efectividad de acción, que lleva a una mayor capacidad de respuesta a nivel local para las problemáticas comunes.

LOS INTEGRANTES DE LA ESTRATEGIA

Se debe resaltar el rol del Senasa, pero en conjunto con los productores agropecuarios y los representantes de los gobiernos provinciales.
A ellos se suman los organismos de grado, investigación y transferencia tecnológica (como pueden ser las universidades, el INTA y el CONICET), junto con la actividad privada (profesionales, laboratorios productores de insumos veterinarios y de diagnóstico).
Por último, el sistema involucra a otros organismos nacionales como el Ministerio de Salud, la Dirección de Fauna y dependencias del propio Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Para entender esta cuestión y lograr el compromiso de cada uno de los interesados, creemos que estos temas deben tomarse de a uno y profundizar en ello, tratando de describir los distintos enfoques a partir de la visión del Estado, así como también la de los particulares y sus intereses.
Es importante estudiar las cuestiones de costos y beneficios, y su impacto; realizar el análisis de riesgos, la prevención de enfermedades, su control y eventual erradicación; detectar de forma temprana patologías y garantizar su rápido control para evitar su difusión en el rodeo/rebaño y en el país.
También debemos abordar la obligación que tenemos todos, como ciudadanos, de denunciar la presencia de enfermedades, su importancia y el compromiso de la transparencia en el comercio internacional.
Por último, debemos detenernos en comprender la importancia de los sistemas de información en la gestión de la salud y -por qué no- de la producción ganadera, a la luz del eficaz uso que hoy podemos hacer de las tecnologías de información y comunicaciones (TIC´s).
Temas que, sin dudas, sobrepasan estos primeros comentarios y nos dan pié para seguir sumando ideas y opiniones que apunten no sólo hacia una mejor sanidad de nuestros animales, sino también de la salud pública; basados en que en el mundo hay una sola salud.
Es fundamental que, como consecuencia de ello, se cimenten las garantías de inocuidad de nuestros productos alimenticios, teniendo en claro que los productores agropecuarios no son sólo empresarios ganaderos, son esencialmente productores de alimentos y en ellos comienzan las garantías.
La ayuda de un profesional privado que con la capacitación adquirida asesorará al mismo para producir más y mejores animales (más sanos) es fundamental. Junto con el acompañamiento del Estado en sus diversos roles, sumará para hacer mas rentable su negocio.
Veremos que así como el asesoramiento profesional es una buena inversión más que un costo, también podremos decir que el costo (inversión también) del Estado, debe agregar valor (aprobación de productos, controles de todo tipo, certificaciones nacionales e internacionales) al producto.

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