domingo, 7 de abril de 2013

La colza: un nuevo desafío en el horizonte entrerriano
El trigo es uno de los cultivos tradicionales de invierno que cubren los campos de la provincia de Entre Ríos, pero las dificultades para la comercialización hace que no pocos productores busquen opciones más rentables.

La colza: un nuevo desafío en el horizonte entrerriano
La colza: un nuevo desafío en el horizonte entrerriano
 
 AGRICULTURA
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Los buenos precios del cereal y la posibilidad de cerrar una buena ecuación económica con una soja de segunda, no resultaron atractivos para los productores durante el ciclo anterior. Según el Sistema de Información de Bolsa de Cereales de Entre Ríos, en la campaña 2012/13 la superficie destinada a trigo se situó en 163.700 hectáreas (ha), lo cual indica una caída del área equivalente al casi 42% en relación al ciclo anterior. En este contexto, los productores entrerrianos buscaron diversas opciones que pudieran remplazar al cereal como cultivo invernal y vieron en la colza y la cebada alternativas interesantes, seguidas por el garbanzo y la arveja. La colza fue el cultivo que despertó mayor interés en productores de nuestra provincia. Según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación se sembraron en la pasada campaña agrícola unas 86.900 ha en suelo argentino, mientras que en Entre Ríos fueron casi 35.000 ha (aumento del 266% con respecto al ciclo agrícola anterior). El rendimiento promedio del cultivo en nuestra provincia se ubicó en 921 kilos por hectárea. De las 34.700 hectáreas sembradas, por efectos del clima, sólo se pudieron cosechar 28.800. “Este rendimiento está por debajo de las expectativas de los productores, los cuales esperaban entre 2.000 kg/ha a 2.500 kg/ha, causado principalmente por pérdidas de rendimiento en el atraso de la trilla por las recurrentes precipitaciones de octubre, lo que trajo aparejado la apertura de silicuas y un mayor período en el cual las palomas pudieron alimentarse del cultivo” informó la Ing. Agr. Gladys Eguia, Responsable Técnica del SIBER. A pesar de las pérdidas de rendimiento sufridas en esta campaña agrícola, la colza ofrece algunas ventajas seductoras, tales como sus buenos valores, posee un buen mercado a nivel mundial y la posibilidad de dejar libre el lote posibilitando la realización de cultivos de segunda. Esto nos permite plantear ¿Qué factores determinarán la continuidad de la colza en la planificación que realiza el productor para la campaña próxima a iniciar?

¿Por qué el productor debe cultivar colza?La colza (brassica napus) es el segundo grano oleaginoso producido a nivel mundial, después de la soja, con 59 millones de toneladas en el último año y el tercer aceite en importancia a nivel mundial con 23,21 millones de toneladas. El mayor productor global es la Unión Europea, con una producción de 19 millones de toneladas, siendo a la vez el mayor importador mundial con 3.500 millones de toneladas importadas en la última campaña.
Este cultivo, que se ha afianzado como alternativa invernal, permite al productor realizar las rotaciones de los sistemas productivos. Teniendo en cuenta que la soja es el principal cultivo estival de la región, la colza se presenta como un buen antecesor, ya que permite desocupar tempranamente el lote y la soja que le precede obtiene mayores rendimientos.
La Ing. Agr. Liliana Iriarte, de la Chacra Experimental Integrada Barrow del INTA, destacó: “Cuando hablamos de colza hacemos referencia a un aceite de primera calidad con bajo contenido de ácidos grasos saturados y residuos de extracción de alto nivel proteico”.

“Es un cultivo de ciclo inverno –primaveral que permite la diversificación productiva, mejora la utilización de la maquinaria disponible, permite la realización de siembras de segunda y abastece a la industria en épocas en que ésta permanece ociosa. Además, a nivel mundial posee un buen mercado, tanto para el aceite como para las harinas; y el aceite es de excelente calidad que cumple con los estándares mundiales y es factible la producción de biocombustibles” expresó la Ing. Iriarte.
Por su parte, el Ing. Agr. M. Sc. Leonardo Coll, profesional del Grupo de Ecofisiología vegetal y Manejo de cultivos del EEA Paraná del INTA, expresó: “A veces se argumenta que la colza no ayuda a la sustentabilidad de los sistemas agrícolas, pero la relación Carbono/Nitrógeno (C/N) demuestra lo contrario, ya que su valor es intermedio entre el cultivo de trigo y soja. El cultivo de colza genera una buena cobertura de rastrojos, comparados con los cultivos de trigo y cebada, además conserva la humedad de los suelos, reduciendo los procesos erosivos, entre otros”.
Al ser un cultivo rústico desde el punto de vista hídrico, pero con altos requerimientos nutricionales, el Ing. Coll indicó: “Las siembras tempranas (abril y mayo) reducen los daños por heladas durante la implantación y mejoran la competencia con las malezas. En cuanto a la densidad de plantas no hay una relación que explique el rendimiento con la densidad de plantas logradas, ya que muchas veces hay precipitaciones que provocan pérdidas. En general, se siembran entre 4 y 6 kilogramos de semilla por hectárea con el objetivo de obtener 80 plantas por metro cuadrado”. Un aspecto a tener en cuenta es el cultivo antecesor, ya que incide en la cantidad y distribución del rastrojo sobre el que se tratará de implantar la colza. En este sentido, el Ing. Coll señaló: “Generalmente se obtiene alta eficiencia de implantación de colza sobre rastrojos de soja de primera que sobre maíz o sorgo. La falta de contacto entre la semilla y el suelo o los excesos en la profundidad de siembra mayor a tres centímetros impiden la emergencia de las plántulas”. Y el especialista precisó que se debe tener en cuenta además la “cola de cosecha”: “Es fundamental que el rastrojo en el lote del cultivo antecesor a la colza no quede franjeado lo que daría por resultado una implantación del cultivo en forma “rala”, generando una heterogeneidad en el lote”. Sensible a algunos herbicidas y ávida de nutrientes, para el Ing. Coll otro aspecto importante es considerar los residuos de herbicidas aplicados previamente ya que la colza es sensible a las sulfonilureas y las imidazolinonas. Con respecto a la nutrición, sabido es que se trata de una especie de altos requerimientos por esto, aseguró, “es necesario fertilizar con nitrógeno, fósforo y azufre. Según datos locales, fertilizaciones que lleven el nitrógeno disponible hasta los 148 kg/ha, permitirían alcanzar altos rendimientos. Además, si bien no se dispone de herramientas de predicción confiables, la colza responde más frecuentemente que los cereales a la fertilización con azufre”, puntualizó el profesional.

Una buena alternativa para el productorEn los últimos años, los problemas de comercialización del trigo y la rentabilidad de la colza despertó el interés de productores y asesores técnicos en Entre Ríos. Sin embargo, la falta de conocimiento acerca de su manejo atenta contra la obtención de los rendimientos elevados que posibilitarían una difusión exitosa del cultivo.
Leonardo Airaldi, productor agropecuario de zona de Las Cuevas (dpto. Diamante), decidió sembrar colza por sexto año consecutivo: “Nos fue muy bien con este cultivo, optamos sembrarla por la complicación de vender el trigo. La principal ventaja es que hoy se puede vender fácilmente, además es una planta sana y no hemos tenido complicaciones en cuanto a enfermedades. Es un cultivo más rústico que el trigo y necesita menos agua. Además se puede sembrar antes, la fecha óptima de colza en Entre Ríos es abril y obviamente se levanta antes. Por ello, arriba se puede sembrar soja de primera”. En este sentido, Airaldi añadió: “Hoy el productor intenta intensificar más porque los números son cada vez más chicos. Los gastos son cada vez más grande y la colza es un cultivo que al productor no le da demasiado problema, únicamente la dificultad que presenta es el momento de la trilla. Fuimos uno de los primeros en sembrar colza en la zona, nadie sabía cómo había que hacer para trillar bien, probamos distintas maneras y la mejor forma fue la convencional, con plataforma de grano fino”.

Por su parte, el Lic. Alfredo Gutiérrez, productor de Costa Grande (depto. Diamante) comentó sobre su incursión con algunas hectáreas de este cultivo: “Este fue el primer año que sembramos colza. De 30 ha, perdimos 10 ha debido a las condiciones climáticas que acontecieron al inicio de la siembra. Fundamentalmente, nos volcamos a la colza para diversificar los cultivos de invierno, además es una buena alternativa al trigo”.
En tanto que Mario Schanzenbach, productor de Aldea Protestante (depto. Diamante), comentó: “La decisión de optar por este cultivo fue por los problemas comerciales que presenta el mercado del trigo, la incertidumbre que había al inicio de la siembra me hizo arriesgar. Fue todo un desafío, ya que no conocía nada, pero pese a ésto, los rindes obtenidos fueron aceptables y para la próxima campaña voy a aumentar el área implantada”.
Consultados sobre la posibilidad de colocación de su producción, los productores dieron su perspectiva. Airaldi comentó: “Cuando empezamos con este cultivo había algunos acopios o cooperativas que compraban y lo pagaban muchísimo menos. El que compraba en su momento fácilmente era Cargill, pero teníamos mucho costo de flete, ya que teníamos que enviarlo hacia el Puerto de Quequén. A partir del año pasado, en la zona de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos se incorporaron a los sistemas de producción al iniciar a sembrar mayor cantidad de hectáreas de colza, provocando que en zona de Rosario (Asociación de Cooperativas Argentinas -ACA-, Cargill Rosario y Molinos Río de la Plata) empiecen a comprar”.
Mientras que Gutiérrez sostuvo: “Hoy la colza es una buena opción por la variedad de mercados, aunque nosotros operamos directamente con la Cooperativa Federal Agrícola Ganadera de Diamante Ltda. Es claro que las problemáticas de comercialización son coyunturales, cada campaña es una partida aparte, los precios son diferentes de acuerdo a la oferta y la demanda, y sobre todo a las decisiones políticas”.
En tanto, Schanzenbach indicó: “Es fácil y rápida su comercialización, pese a que el 2011 fue un año muy complicado para el productor las opciones y los valores ofrecidos tanto en Entre Ríos como en Santa Fe resultaron favorables. A mi producción la entregué directamente en Rosario”.

Comercialización rápida, fácil y seguraLa colza cuenta un mercado en el que actúan varios e importantes actores, puntos y puertos de entrega, factores que hoy le dan sustento a esta oleaginosa invernal. En este sentido, Raúl Bertozzi, Secretario del Centro de Corredores de Granos de Entre Ríos, afirmó: “Además de no tener retenciones, ni problemas para exportar, su cotización depende de dos factores, el primero es el tipo de cambio euro-dólar y, en segundo lugar, el precio del grano que es fijado en el Mercado a Término Internacional de Francia (Matiff)”.
A las ventajas de producción, se le suma que en los últimos años se conformaron mercados más seguros, con exportadores que se establecieron como agentes operadores conviniendo contratos de siembra, lo que da mayor previsibilidad y transparencia a las ventas. “La Colza además de ser un cultivo de ciclo invierno-primavera que permite rotación de tierra, los costos de producción son similares a los del trigo, sus rendimientos en kilos son aproximadamente un 40 o 50% menos, pero no presenta problemas en cuanto a su comercialización. Con ayuda del clima y los valores para su siembra, es un cultivo conveniente para producir y comercializar rápidamente” destacó Bertozzi.
Por su parte, la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) lanzó en 2007 una opción para canalizar la venta a la mano del productor, el Plan Colza 00/Canola. El objetivo de este proyecto es entregar un producto diferenciado, no modificado genéticamente, a una planta europea que elabora biodiesel. Este programa está auditado debido a que se trata de un proceso bajo normas de trazabilidad. En nuestra provincia, la Cooperativa F. A. G. de Diamante Ltda. comenzó desde hace alrededor de  tres años con este plan y el año pasado se extendió sobre distintos puntos de la provincia. El Ing. Agr. Javier Atencio, del Departamento Técnico, indicó: “Este plan surgió como una alternativa de invierno. La ACA tiene la comercialización directa con Europa, específicamente con Francia, quienes utilizan la semilla para la producción de biodiesel. Al tener muy bien trabajada la exportación, volcó esta propuesta a las cooperativas y a los productores. Hace algunos años había que buscar los mercados, hoy ACA lo tiene. Sembrar colza es tan fácil y accesible como sembrar trigo u otros cultivos”.

Para inscribirse en el plan, “el productor establece un contrato de compra venta donde se compromete a entregar su producción a ACA. Como requisitos se establece el semillero a quien comprar, la variedad que pueden sembrar, a auditar la superficie y al momento de la siembra un georeferenciamiento del lote, junto a otros requerimientos simples y de fácil acceso” indicó el Ing. Atencio. “En esta región el productor se rehusaba a optar por una alternativa, pero las condiciones de mercado lo llevaron a no plantar trigo, teniendo en cuenta además que el precio a la época de siembra era malo. Y así se presentó la colza como alternativa con un mercado seguro. Con este plan, muchos productores particulares y empresas que no trabajan con las cooperativas adheridas a ACA pudieron vender su producto” precisó el técnico. Y añadió: “El aumento del 2011 al 2012 fue fantástico, pasamos de tener 20 a 500 hectáreas, pero en total inscribimos cerca de 5 mil hectáreas donde se incluyeron lotes de diferentes puntos de la provincia como Diamante, La Paz, Victoria y Paraná, pese a que el rendimiento de la colza no estuvo en los valores esperados, no deja de ser una opción útil para la próxima campaña”.

Una mirada finalNuestra provincia tiene la capacidad de producir colza, ya que permite considerarla como una alternativa válida en la rotación con soja sobre los suelos. La continuidad de este cultivo en la planificación de una campaña agrícola realizada por el productor estará dada por el conocimiento en el manejo aplicado durante el desarrollo y su eficiente recolección. Además de que su implementación a nivel mundial le otorga un buen mercado, tanto para el aceite como para las harinas, y fundamentalmente es factible para la producción de biocombustibles.                             
Estos factores pueden ser respuestas claras al verdadero potencial productivo de la colza con beneficios para toda la cadena y para la sociedad en su conjunto.

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