Soy integrante del CREA Arroyo del Medio, en la región norte de Buenos Aires. Hace un tiempo adquirí una partida de fosfato monoamónico que, al ser recibida en el campo por el encargado del establecimiento, presentaba un color y un aspecto diferentes a las compradas anteriormente.
En ese momento decidí tomar una muestra del fertilizante y mandarla a un laboratorio que confirmó que el producto entregado no tenía la composición propia del fertilizante: 11 por ciento de nitrógeno y 52 por ciento de fósforo, sino que contaba con un 1% de nitrógeno y un 30% de fósforo.
Luego de la evidencia que arrojaron los resultados, la empresa vendedora aceptó el error y se comprometió a compensarlo por medio de la entrega de producto a un valor equivalente a la diferencia entre lo entregado y lo efectivamente pagado, más el adicional del costo de la aplicación.
Desde el laboratorio donde llevé el producto me comunicaron que, en los últimos meses, han recibido muchas muestras de fertilizantes para analizar, mientras que el año pasado la mayor parte de las dudas correspondían a glifosato. Cabe aclarar que el valor de un análisis para determinar nitrógeno y fósforo ronda actualmente en $ 275 más IVA.
Como experiencia, puedo afirmar que, a partir de ahora, realizaré análisis de la composición de todos los insumos adquiridos con la antelación necesaria para evitar imprevistos en caso de detectar alguna inconsistencia en la información brindada.
- Carlos Robertson
Productor
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