viernes, 11 de enero de 2013


Vinculan la ciencia con la cunicultura

MEXICO : Investigan el comportamiento maternal y la conducta sexual de la coneja para la producción o cría de conejos en granja.
Laboratorio de Biología de la Reproducción, en Tlaxcala, investigan el comportamiento maternal y la conducta sexual de la coneja. Estos trabajos buscan contribuir a la vinculación de la ciencia con la cunicultura (producción o cría de conejos en granja).
La doctora Gabriela González-Mariscal, bióloga adscrita al Sistema Nacional de Investigadores y ex presidenta de la Rama Americana de la Asociación Mundial de Cunicultura, tiene como línea general de investigación el comportamiento reproductor de la coneja y su regulación por hormonas, estudiando los sitios donde actúan estas hormonas en el cerebro.
La conducta maternal de la coneja, explica la investigadora, se distingue de la de otros mamíferos por dos características fundamentales: la construcción de un nido subterráneo antes del parto y el tiempo exacto con el que ejerce el amamantamiento.
La construcción del nido maternal es un proceso secuencial que incluye tres actividades: la excavación de una madriguera subterránea, la recolección de paja y el acarreo hacia el refugio, así como el recubrimiento del “nido de paja”, creado con el pelo que la propia madre arranca de su cuerpo.
Las conductas para la construcción del nido las despliegan sólo las hembras gestantes, y su expresión está regulada por combinaciones hormonales (estradiol, progesterona, testosterona y prolactina). La madre da a luz a la camada dentro del nido subterráneo.
Conforme va naciendo cada crío, la madre lo limpia, posteriormente consume la placenta y, en tan sólo tres minutos, amamanta a toda la camada. Una vez concluidas estas actividades, la madre abandona la madriguera, volviendo 24 horas después para nuevamente amamantar.
Este patrón, de permanecer al lado de sus críos por tres minutos cada 24 horas, se repetirá durante toda la lactancia, que dura aproximadamente 30 días. Es decir, en contraste con la mayoría de las madres de los mamíferos que pasan gran parte del día interaccionando con sus críos, las conejas han reducido esta actividad con la camada a un solo periodo de amamantamiento diario. A pesar del breve tiempo que la madre permanece cerca de sus críos éstos logran un buen desarrollo.
“En ausencia de la madre, los críos se necesitan para la regulación de su temperatura corporal; además, aunque no lo hemos estudiado, no me sorprendería que fuera necesario que los hermanos se mantuvieran juntos también para el establecimiento de ‘acabados finos’ del sistema nervioso. Allí entra una línea muy fértil de investigación”, asegura la doctora, quien es miembro del comité editorial de las revistas: Hormones and Behavior y Developmental Psychobiology.
La conducta sexual y su relación con la comunicación por señales odoríferas
Por tratarse de un mamífero que ovula sólo en respuesta a la monta del macho, este animal, la coneja, se encuentra en periodo de disponibilidad sexual permanente.
 En esta condición despliega dos conductas características: la lordosis (postura de receptividad sexual) y el marcaje por frotamiento del mentón (cmfm). La primera consiste en un arqueamiento ligero de la columna vertebral, el levantamiento de la grupa, el estiramiento de las patas traseras y el agachado de las orejas. Ésta es una respuesta refleja que ocurre sólo durante la monta del macho.
Por el contrario, la cmfm ocurre de manera espontánea, independientemente de la presencia del macho, y consiste en frotar el mentón sobre objetos sólidos que se encuentran en el entorno, y así poder depositar las secreciones producidas por la glándula submandibular.
Estas secreciones contienen señales odoríferas específicas que permiten la comunicación entre los individuos. “En nuestro laboratorio encontramos que existe una clara asociación entre el despliegue del marcaje por frotamiento del mentón y el estado de receptividad sexual”, asegura Gabriela González-Mariscal, doctorada en el Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del Cinvestav.
Con una nueva visión de hacer ciencia, la doctora González-Mariscal mantiene estrecha comunicación con los cunicultores de Tlaxcala, intercambian conocimientos y experiencias en un afán de retroalimentarse en ambas áreas.
“Esta experiencia ha sido enormemente enriquecedora para mí y estoy convencida de que es necesario tender puentes entre los diferentes mundos en los que se ha parcelado la investigación científica contemporánea”, concluye la también ex editora de la sección de conejos de la revista Animal, International Journal of the Biosciences y actual editora de la sección de Etología y Bienestar Animal de la revista World Rabbit Science.

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