Segundo semestre 2013, con sombras bajistas

De no mediar problemas climáticos, vamos camino a una cosecha récord de soja. Brasil proyecta una producción histórica de 82 millones de toneladas.

Mientras Chicago espera el informe que dará a conocer el Usda hoy, China confirma su sólido crecimiento económico durante 2012, que tuvo un impacto directo sobre los mercados, con lo que llegó a importaciones récord en casi todos los productos, tanto industriales como alimenticios.

Mientras Chicago espera el informe que dará a conocer el Usda hoy, China confirma su sólido crecimiento económico durante 2012, que tuvo un impacto directo sobre los mercados, con lo que llegó a importaciones récord en casi todos los productos, tanto industriales como alimenticios.

Las importaciones de China de mineral de hierro, poroto de soja, cobre y aceites comestibles, han llegado al mayor registro.

En el caso específico de la soja, China importó durante todo el año 2012 un total de 58,3 millones de toneladas, y durante diciembre las importaciones de soja llegaron a 5,8 millones de toneladas.

Este fue el principal factor que dio sostenimiento y firmeza al mercado durante el último trimestre del 2012. El sostenido crecimiento económico en China, empujo la demanda de alimentos a niveles récord.

El consumo de carnes, principalmente porcina y en segundo lugar avícola, continuó siendo la locomotora del crecimiento de la demanda de soja, para su posterior procesamiento y producción de harinas proteicas y aceites.

Las proyecciones para 2013 indican que China podría seguir incrementando su demanda de soja, hasta llegar a un nuevo récord de 62 millones de toneladas.

Ahora los chinos están comenzando a seguir más de cerca la evolución de los cultivos de soja en Sudamérica, considerando que la oferta de soja procedente de Brasil y Argentina comienza a partir de marzo.

 

En este sentido la Conab de Brasil está estimando una producción récord de 82 millones de toneladas, mientras que en la Argentina, de no mediar algún problema climático durante febrero y marzo, vamos camino a una cosecha récord que podría superar los 52 millones de toneladas.

Entre Brasil y Argentina aportan un total de 30 millones de toneladas adicionales a la producción del año anterior, y este es un factor de peso muy bajista para el mercado de aquí al ingreso de la cosecha, en marzo de este año.

 

Sin embargo, Chicago mantiene su tendencia sostenida a firme, y las bajas registradas durante la semana anterior se han estabilizado durante la actual semana. La única posición que está repuntando en Chicago es la posición enero, cuyo cierre de la jornada de ayer fue de 521,68 dólares/tonelada, mientras que las posiciones futuras lejanas de nueva cosecha 2013 cerraban a 497 dólares/tonelada la posición agosto y 438 dólares/tonelada en la posición septiembre.

Una caída de 83 dólares/tonelada entre esta última posición y la posición actual de enero, garantiza de alguna forma la potencial baja que puede ocurrir en la soja disponible en Argentina.

De acuerdo con la Bolsa de Comercio de Rosario, hay en manos de productores no más de un millón de toneladas de soja disponible, es decir de la cosecha anterior. A esta altura es muy poco lo que se puede ganar pero a su vez es mucho lo que se puede perder.

 

Con respecto al maíz, es el que tiene más riesgo que en el reporte de hoy el USDA de a conocer menores existencias finales. En este sentido fuentes privadas están considerando un volumen de existencias muy por debajo a los registros del mes anterior.

 

De confirmar esta caída de las existencias, tendremos un efecto marcadamente alcista sobre Chicago. Esto que es producto de análisis, se confirma en sel mundo real, cuando vemos que los mercados de futuros, principalmente durante las dos primeras semanas de enero en Chicago, mostraban gran firmeza por maíz y gran debilidad en la soja.

Para el largo plazo, entendiendo último trimestre del 2013, tanto la soja como el maíz en Chicago muestran fuertes bajas con respecto a los precios registrados en el invierno actual americano.

Entendemos que se trata de una expresión de deseo, pues la misma realidad nos indica que en los Estados Unidos la sequía de verano se ha ido extendiendo hasta el otoño y ahora hasta la mitad del invierno, preanunciado un año con fuertes déficit de humedad en los suelos, a menos que la próxima primavera sea más lluviosa.