¿Quién hará la diferencia en esta campaña?

Estará marcada por la húmedad. En ese escenario, ganará quien sepa manejar la situación sanitaria de la soja y el maíz. Hay nuevas tecnologías disponibles.

Las enfermedades foliares de los cultivos de grano grueso causan pérdidas en los rendimientos de todos los ciclos agrícolas en Argentina. En esta campaña por demás de húmeda, ganará más quien sepa manejar la situación sanitaria de la soja y el maíz. Dos o tres aplicaciones de fungicidas pueden generar costos demasiado altos, mientras que una aplicación preventiva puede ser poco.

Entre las nuevas tecnologías que asoman en el universo agrícola, los fitoestimulantes con fosfitos Fulltec se vienen utilizando en Argentina con mucho éxito desde hace ya tres campañas. Reconocidos especialistas en diferentes materias, como los ingenieros Marcelo Carmona, Norma Arias, Margarita Sillón, Norma Formento, Esteban Frola, Gustavo Ferraris, Pablo Ponzio y Daniel Igarzabal, han probado en ensayos esta tecnología en combinación con fungicidas, herbicidas e insecticidas.

Defendiendo la sanidad

Según explicó el ing. Marcelo Carmona, de la UBA, en la charla que brindó durante el último Congreso de AAPRESID refiriéndose a la tecnología Fulltec, los fosfitos son sales derivadas del ácido fosforoso combinadas con diferentes cationes que presentan alta movilidad en las plantas y se trasladan vía xilema y floema. La función más universalmente aceptada es la de representar un excelente inductor de los mecanismos de defensa de la planta, a tal punto que están clasificados como biopesticidas por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos. Según explicó en ocasión del Congreso la Ing. Norma Formento, del INTA Paraná, en ensayos realizados en soja durante la campaña pasada aplicando el fitoestimulante Fulltec Cubo en R2 junto a al fungicida Stinger, la incidencia de MOR (Cercospora sojina) se redujo en forma altamente significativa, en un 17,64% y en un 76,47% con respecto al testigo.

Algo similar sucedió con ensayos realizados por el Ing. Gustavo Ferraris, del INTA Pergamino, quien buscó cuantificar cambios en la tolerancia a enfermedades en soja mediante una mejor nutrición, utilizando moléculas con efectos de trofobiosis (nutrición – sanidad) transportadas por floema. El especialista concluyó que los síntomas de MOR y EFC fueron reducidos por la aplicación de un fungicida más el fitoestimulante Fulltec Cubo, que además mejoró notablemente la altura de plantas. Además expresaron un efecto aditivo sobre los rendimientos: mientras los testigos rindieron 3.111 kg/ha, los tratados rindieron 3452 kg/ha.No es lo mismo un fósforo que otroParte del secreto de la calidad de una tecnología radica en sus procesos de fabricación. Según plantea Mariano Meineri, gerente general de Fulltec en Argentina, hay fósforos que son de calidad industrial y fósforos que son para consumo humano. “Son diferentes fuentes y diferente disponibilidad para la planta. El grueso de los ácidos fosforosos que se utilizan para elaborar los fosfitos son de calidad industrial, y eso determina que se necesiten altos volúmenes. Las dosis recomendadas de fosfitos logrados con fósforo industrial exigen dosis de 2,5 a 6 litros por hectárea, lo cual lo hace inviable desde lo económico, y además la tasa de absorción es baja.

“Los fosfitos que son el núcleo de la tecnología Fulltec se logran a partir de trabajar con fósforo para consumo humano, no industrial. Esto nos permite lograr excelentes resultados agronómicos con dosis de sólo 200 cc por ha, lo que equivale a 8 dólares por hectárea para soja. Es otra formulación, ya que el fósforo está 98% disponible para la planta y en forma inmediata. Para este año húmedo recomendamos el uso de fitoestimulante Fulltec Cubo en soja y Fulltec Mais en maíz en mezcla con cualquiera de los fungicidas del mercado para lograr una importante potenciación en la sanidad de los cultivos con una sola aplicación”, afirmó.