Propone regular el "uso propio" del pequeño productor

Casañas dijo que la ley debe proteger los intereses de todos.

La Ley 20.247, vigente desde 1973, no restringe el uso propio de ningún tipo de semilla que se encuentre inscripta en el registro nacional. Con el proyecto para modificar la Ley de Semillas, se generarán fuertes discusiones que seguramente serán noticias durante cierto tiempo, hasta que se modifique dicha normativa. Existen opiniones a favor (SRA, CRA y Coninagro), y el rechazo de FAA, que aglutina a pequeños productores.

La Ley 20.247, vigente desde 1973, no restringe el uso propio de ningún tipo de semilla que se encuentre inscripta en el registro nacional. Con el proyecto para modificar la Ley de Semillas, se generarán fuertes discusiones que seguramente serán noticias durante cierto tiempo, hasta que se modifique dicha normativa. Existen opiniones a favor (SRA, CRA y Coninagro), y el rechazo de FAA, que aglutina a pequeños productores.

El proyecto de Ley de Semillas que presentó el diputado nacional Juan Casañas (Tucumán) está orientado a proteger los avances biotecnológicos y el mejoramiento tradicional, y regular el uso propio sin afectar los derechos de los pequeños productores. La propuesta pretende proteger la biotecnología en una concepción integral, comprendiendo tanto a los nuevos eventos transgénicos como a los frutos del mejoramiento tradicional, que hasta el momento no tenían una protección adecuada.

Casañas propone el concepto de "uso propio", que permite a los productores eximirse de pagar derechos al obtentor, por las primeras 300 hectáreas de soja o trigo en los primeros cuatro años, desde la compra de la semilla. Por arriba de las 300 ha, y a partir del quinto año de la compra, deben pagarse los derechos. El diputado considera que, con este esquema, habrá un equilibrio adecuado entre los derechos de los productores y la protección de la investigación y la propiedad intelectual. "Las empresas que desarrollan genética que los productores necesitan, deben tener un marco adecuado para que sigan creciendo y aportando los últimos adelantos, de manera que la producción argentina siga avanzando. Brasil y otros países ya cuentan con eventos biotecnológicos que todavía Argentina no los tiene, y para que esto suceda debe existir una ley que proteja los intereses de todos", afirmaron técnicos y productores consultados.