miércoles, 23 de enero de 2013


Producen biodiésel con escamas, vísceras y aletas de pescado

Una compañía vietnamita dedicada a la producción de filetes de pescado congelado participa en un proyecto internacional centrado en la producción de biodiésel como alternativa para aprovechar los residuos generados en las tareas de procesamiento. La empresa, Hiep Thanh Seafood, desecha cerca de 80 toneladas de escamas, vísceras y espinas, que en realidad tienen un [...]
Una compañía vietnamita dedicada a la producción de filetes de pescado congelado participa en un proyecto internacional centrado en la producción de biodiésel como alternativa para aprovechar los residuos generados en las tareas de procesamiento.
La empresa, Hiep Thanh Seafood, desecha cerca de 80 toneladas de escamas, vísceras y espinas, que en realidad tienen un gran valor comercial, dado que podrían usarse para producir energía, informó Deutsche Welle Español.
El proyecto contempla la extracción de aceite del pescado y su modificación química mediante la adición de metanol.
No todos los pescados son aptos para este procedimiento: el requisito fundamental es que tengan un alto contenido de grasa, requisito que reúne el panga (bagre tra), por ejemplo.
Vietnam es el tercer mayor productor acuícola del mundo y es líder en la exportación panga.
Alrededor de 3.300 kilómetros de su costa y del delta del Mekong presentan buenas condiciones para la cría de peces.
El proyecto Enerfish, financiado en parte por la Unión Europea (UE),  estudia las formas en que los desechos de pescado pueden ser convertidos en biodiésel y cómo esta energía se puede utilizar de manera inteligente.
Según Aulis Ranne, coordinador del proyecto del Centro de Investigación Técnica de Finlandia (VTT), la idea de este proyecto surgió de un viaje que hizo a Vietnam.
“Un guía nos habló de la gran cantidad de productores de pescado y de la falta de electricidad en la región”, recordó.
Los ejecutivos de la firma vietnamita esperan producir unas 13 toneladas de biodiésel por día cuando el sistema esté funcionando a pleno.
Además, pretenden establecer “una economía circular”: como la planta de biodiésel y las instalaciones de producción se encuentran cercanas, los residuos de la fábrica pueden ser procesados para generar el biocombustible.
Asimismo, la planta de biodiésel puede alimentar sus generadores y así cubrir su propia demanda de energía.
“La empresa necesita electricidad para procesos de enfriamiento y congelamiento”, indicó Ranne.
La compañía también pretende ahorrar anualmente el equivalente a 14.000 toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
En opinión de Son Ha Dang, científico del Centro de Investigación para Energía y Medio Ambiente y socio vietnamita del proyecto, el beneficio de esta iniciativa es la seguridad energética.
“El proyecto ayudará al Gobierno a adquirir experiencia con esta tecnología”, señaló.
Ranne anticipó que también se producirá biodiésel en Brasil, que Kenia ya manifestó su interés en la misma tecnología

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