Exportaciones frutícolas cayeron en 135 millones de dólares

Las ventas externas se desplomaron en más de 180.000 toneladas en comparación con el 2011.

Los datos oficiales suministrados por el Senasa dan cuenta de que en la pasada temporada las exportaciones de peras y manzanas argentinas totalizaron 520.701 toneladas al cierre de noviembre.

La cifra refleja una merma en las ventas externas de algo más de 180.000 toneladas en comparación con los valores comercializados para la misma fecha del 2011.

Pese a los buenos precios que se obtuvieron en los mercados de ultramar y Brasil para la fruta argentina, los valores no pudieron compensar las pérdidas de volumen sufridas por el sistema.

Es así que las estadísticas del organismo sanitario señalan que por exportaciones de estas pomáceas el año pasado ingresaron al país divisas por 469,5 millones de dólares, unos 135 millones menos que los contabilizados en el mismo período de la temporada anterior.

Cabe destacar que diciembre es un mes con poca actividad en el comercio externo frutícola, por lo que no hay que esperar grandes cambios en los números mencionados para computar el cierre de la temporada frutícola 2012.

La manzana fue la que más sufrió este balance negativo en el comercio externo.

El informe oficial destaca que las exportaciones de esta especie alcanzaron las 113.000 toneladas, el volumen más bajo de los últimos cuarenta años sin tomar en cuenta la crisis del 2000.

De los 135 millones dólares contabilizados como menores ingresos para la región, cerca de 73 millones corresponden a las menores ventas de manzanas mientras que los restantes 62 millones representan las caídas registradas en peras.

Sin lugar a dudas, la pasada fue una de las peores temporadas comerciales del Valle de Río Negro y Neuquén desde que se tienen registros en la región, siempre hablando de valores y volúmenes exportados.

Es importante señalar que los precios promedios FOB declarados ante la Aduana en la temporada que acaba de finalizar crecieron un 5% respecto de las cotizaciones registradas en el 2011.

Los tips para la temporada que inicia

Cerrada la cuarta temporada consecutiva con importantes pérdidas de rentabilidad para la actividad frutícola, este año que recién se inicia muestra un escenario con las siguientes variables a tener en cuenta por el sector. Comenzamos por las que apuntan a ser positivas.

• Las mermas de cosecha observadas en todo el hemisferio norte dispararon en esos destinos los precios de las pomáceas en las góndolas. Distintos estudios privados señalan que las cotizaciones promedios se ubican en un piso un 20% superior a los valores logrados para la misma fecha del año anterior. Esto es, sin dudas, una buena noticia para el Valle, que aspira a compensar parte del aumento de costos con este incremento de precios esperados en el norte. Según fuentes empresarias, de mantenerse el actual escenario el productor podría lograr hasta cuatro centavos más por kilo exportado en relación con las cotizaciones obtenidas el año anterior. Para los exportadores este año se podrían llegar a pagar al productor hasta 30 centavos de dólar por la fruta embarcada. Esto, obviamente, no es transpolable a toda la fruta que el chacarero ingresa al galpón ya que mucha de ella, una vez adentro, no supera los controles de calidad y se termina calificando como descarte.

• Otro factor a tener en cuenta es la evolución que está mostrando la economía del norte. Todo parece indicar que lo peor ya pasó. La demanda del consumo en Europa se mantiene estable y esto se ve reflejado en la evolución de las cotizaciones. Existía cierto temor de que el incremento de precios en la góndola –por falta de oferta– no fuera convalidado por los consumidores. Sin embargo, en la mayor parte de los casos esto no ocurrió.

• El otro punto a favor que registra la actividad está dado por las expectativas que hay entre los empresarios locales sobre una aceleración de la devaluación del peso respecto del dólar, lo que podría mejorar las ventajas competitivas del sistema. Según distintas consultoras económicas locales, durante el año que recién se inicia el peso podría devaluarse a una tasa de entre el 15 y el 20%, la depreciación anual más alta de la era kirchnerista.

• Contra todos los pronósticos, el euro se mantiene por encima de 1,30 por dólar. Muchos especulaban que el freno a la lluvia de moneda norteamericana que fue orientada al mercado en los últimos meses iba a generar presiones sobre esta paridad cambiaria. Sin embargo, por ahora nada de esto ocurrió.

Los puntos que pueden presentarse como “negativos” se resumen entre las siguientes variables.

• El problema de los costos locales sigue siendo el principal escollo para la actividad al hablar de competitividad en los mercados internacionales. Para este año el sector espera un aumento, en pesos, en torno al 25-30%, en línea con la inflación proyec-tada.

• El otro punto son los fletes internacionales. Los primeros informes detallan que las navieras están ofertando sus servicios con cotizaciones un 20-25% por encima de los valores acordados durante la temporada 2012. Esta variación representa entre dos y tres centavos de dólar más por kilo de fruta exportada.

• La calidad y el calibre de parte importante de nuestra cosecha es todavía una incógnita. Se sabe que la primicia de pera Williams se perderá por falta de tamaño y, con ella, una tradicional ventana de ingresos importante para la región. En lo que respecta a las manzanas, es muy difícil todavía aventurar resultados.

La evolución que experimenten todas estas variables, que se encuentran a su vez íntimamente relacionadas entre sí, definirá el rumbo económico de la actividad regional. Por ejemplo, si los precios en destino se mantienen, el euro sigue fortaleciéndose, el peso en nuestro país se devalúa a una tasa del 20% anual, los costos suben a un promedio del 15% y la cosecha del Valle reúne calidad y calibre, nos encontraríamos frente a una temporada casi ideal.

Pero la historia económica nos demuestra que difícilmente todas las variables contempladas en el comercio –y en especial en el frutícola– terminan jugando a favor de un determinado participante.