viernes, 18 de enero de 2013

El INTA adelantó para 2013 una campaña sin El Niño





De acuerdo con el Instituto de Clima y Agua del INTA, el fenómeno oceánico, que genera precipitaciones superiores a lo normal, permanece en la categoría neutro.

Las imágenes satelitales sumadas al último informe del Instituto de Clima y Agua del INTA muestran que las condiciones necesarias para que se desarrolle el fenómeno climático El Niño se debilitaron, debido a que el Océano Pacífico ecuatorial –luego de un muy leve calentamiento durante la primavera– se mantiene en valores neutros. Los pronósticos prevén un 2013 sin El Niño ni La Niña. 
Pablo Mercuri, director de Clima y Agua del INTA, dijo que “los modelos de predicción internacionales hacen referencia a que no se concretará la fase El Niño que anunciaban los pronósticos a mediados de año. Los diferentes modelos y sistemas de alerta y seguimiento le adjudican el estatus de no activo”. 
Los modelos de predicción del ENSO prevén condiciones neutrales para la primera mitad de 2013. “Por esta razón, es lógico replantear los pronósticos de lluvias superiores a lo normal que se esperaban para el verano-otoño, cuya probabilidad disminuye claramente”, destacó Mercuri, quien aseguró que esta situación “será muy favorable para que se reduzcan los problemas de anegamientos y que se desarrollen buenos rindes en cultivos de maíz y soja implantados en lotes sin problemas hídricos”. 

LLUVIAS INTENSAS. Según el informe del Instituto, en el corto plazo podrían continuar las lluvias intensas, pero es probable que “a partir de enero se regularice el patrón de precipitaciones en la región central del país con más días consecutivos sin lluvias, y que los acumulados de precipitaciones más intensas y frecuentes sean principalmente en el NOA, el noreste del país y en las cuencas altas del los ríos Paraná y Uruguay. Esto no significa alerta debido a que estos ríos se encuentran en alturas normales acorde al Instituto Nacional del Agua (INA)”. 
El Centro de Predicciones Climáticas de la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica (CPC NOAA) de los Estados Unidos informó que durante octubre de 2012, el Océano Pacífico reflejó condiciones cercanas al ENSO-neutral y El Niño débil. “Si bien se evidenciaba un leve calentamiento de la superficie del océano Pacífico Ecuatorial, no se evidenciaron alteraciones asociadas en la circulación atmosférica”, indicó el informe. 
Asimismo, el Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI) señaló que “la importante oferta de lluvia en algunas zonas del país en el último periodo y las intensas tormentas registradas no se relacionan con el fenómeno El Niño, sino con otros factores como el calentamiento que se observa en el Atlántico Sur cerca de la costa uruguaya y la influencia de la oscilación antártica –diferencia de presión en los niveles medios de la atmósfera–”. 

TORMENTAS QUE VIENEN. Romina Mezher, meteoróloga del Instituto de Clima y Agua del INTA, señaló que hay áreas con muy buena condición para los cultivos y otras con una importante afectación hídrica. 
De acuerdo con Mezher, “se observa un mosaico de situaciones en la región central del país. Por un lado, es muy buena la disponibilidad de agua en áreas productivas de cultivos extensivos, como el maíz y la soja, lo cual es promisorio para alcanzar altos rindes. Por el otro, las lluvias de la segunda quincena de diciembre –en especial las lluvias del 18, 19 y 24 inclusive– agravaron la situación de excesos hídricos en muchas áreas de Santa Fe, este de Córdoba, Entre Ríos y en el centro y noroeste de Buenos Aires”. 
Los pronósticos a corto plazo indican que “se espera una menor frecuencia de precipitaciones en la región pampeana central –zona afectada por excesos–”. 
“Esto no significa que no vuelvan a ocurrir tormentas muy fuertes, sino que tienen menos probabilidad de ocurrencia”, aclaró Mezher quien además dijo que “en el verano pueden desarrollarse tormentas e ingresos de frentes fríos que generen eventos de importancia. En promedio, los valores acumulados serán normales”. 
Asimismo, Mercuri recomendó el seguimiento continuo de las condiciones meteorológicas para la toma de decisiones agropecuarias debido a que se observa una alta variabilidad climática y frecuencia de eventos extremos. 


Maximizar los rindes con eficiencia de producción 
La agricultura de precisión puede ayudar a que los productores ganen hasta 6.700 kilos gramos de granos por hectárea al trabajar con eficiencia y maximizar los rindes, según informó el INTA. 
“La brecha de conocimientos en la agricultura argentina puede generar pérdidas de hasta 6.700 kilogramos de granos por hectárea entre quienes son más o menos eficientes”, explicó Andrés Méndez, coordinador del proyecto Agricultura de Precisión y Máquinas Precisas del INTA. 
Acotó que “para que la Argentina pueda aprovechar sus potencialidades se requiere de capacitación” ya que la ausencia de conocimientos técnicos provoca la caída en los rindes, en muchos casos. 
“Con la agroindustrialización de los granos en origen se busca lograr mayores beneficios económicos y desarrollo regional por más trabajo. Esto debe ir de la mano del aumento en la eficiencia de producción”, señaló el coordinador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). 
Puso como ejemplo que “si dos productores de maíz aspiran a un rendimiento de 12.000 kilos por hectárea y uno realiza todos los pasos con eficiencia y el otro no, podemos inferir que el segundo tendría una merma del 50 por ciento del rendimiento objetivo planteado”. 
Un estudio del INTA Manfredi (Córdoba) detalló pérdidas registradas en seis labores: barbecho, siembra, pulverización, diferenciación por calidad, cosecha y poscosecha. 
El análisis sostuvo que un productor de altos rendimientos puede perder unos 200 kilos por hectárea en tanto, con las tareas mal efectuadas, “las mermas alcanzarían los 1.800 kilos por hectárea”. 
“Así, la brecha de conocimientos arroja una diferencia productiva abismal: 1.600 kilogramos de pérdidas durante un solo proceso”, indicó el informe. 
El INTA tiene determinado que “en la Argentina, el promedio de pérdidas durante la cosecha y poscosecha supera el 12% y en algunos lotes alcanza el 20%”. 
Por caso, “el problema de las pérdidas comienza antes de la implantación, en el período de barbecho químico, cuando se acumula agua en el suelo”, precisó INTA Informa.

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