jueves, 24 de enero de 2013


Con blue a $7 y pocos billetes verdes, el Gobierno dio la orden de ir por “dólares ocultos”

La presión llegará al sector rural, que tiene guardados unos u$s3.000 millones de “mercadería” sin liquidar. No sólo se apunta a lo “escondido”. Automotrices comenzaron renegociaciones por el “1 a 1″. “Nos avisaron que no podremos girar utilidades por tiempo indeterminado”, confesó un empresario
Faltando computar todavía el mes de diciembre, el Ejecutivo se aseguró a lo largo del año pasado un interesante colchón verde, el cual fue “evaporándose”, en gran medida, por los compromisos de deuda y las importaciones de energía y de bienes considerados “esenciales” por el viceministro de Economía, Axel Kicillof, tales como materia prima y maquinaria.
Un dato clave es que este holgado superávit comercial, superior a los u$s12.000 millones, se logró a pesar de que las exportaciones exhibieron una muy pobre performance, con una caída interanual del 2%.
Este flojo desempeño se dio en un contexto en el que los principales granos que la Argentina le vende al mundo fueron ampliamente beneficiados por muy buenas cotizaciones internacionales. De este modo, obtener ese saldo comercial positivo sólo fue posible a través de la muy difundida estrategia del “cerrojo” importador en un amplio abanico de sectores.
Pero el hecho de que el Ejecutivo haya logrado un buen “colchón verde” y de haber superado las expectativas trazadas a comienzos de 2012, no impidió que el Gobierno haya empezado este año “contando las monedas”.
En efecto, en los últimos días, desde algunas reparticiones oficiales se incrementó la presión a los grandes exportadores de granos y derivados para que se desprendan de sus stocks y así lograr que fluya algo de liquidez de la “canilla” con la que éstos proveen a la plaza local de divisas estadounidenses.
El monto sobre el que están “sentados” productores y exportadores equivale a u$s3.000 millones, una cifra sumamente importante en época de “vacas flacas”. 
La orden que impartió Guillermo Moreno es clara y concreta: quiere que ese dinero sea liquidado en no más de dos meses (a los que se sumarían otros u$s5.000 millones previos a mayo). El funcionario está “ansioso” por hacerse de esa suma cuanto antes.
Sin embargo, nada indica que sea una tarea fácil, producto de lo difícil que resulta fiscalizar a un sector tanatomizado, de que los silobolsas permiten guardar la “mercadería” durante varios meses y de que, en definitiva, acopiar materia prima no infringe ninguna ley.
La razón de esta “obsesión” es que la administración kirchnerista debe atravesar un primer trimestre sumamente complejo en materia de disponibilidad de divisas, considerando que los turistas que veranean en el exterior impulsan el “amperímetro” del “blue” y que no es hasta principios de abril de cada año cuando se produce la famosa “lluvia” de billetes verdes que aporta el sector agrícola.
“El productor está en una encrucijada. Cuando vende sus granos, que están valuados en dólares, termina recibiendo pesos. Y ya no puede acceder a las divisas a través del circuito formal. El problema es que gran parte de sus costos se mueven en función del billete verde, por eso ahora más que nunca va vendiendo parte de su producción sólo a medida que necesita caja, para no descalzarse”, explicó a iProfesional.com Gabriel Caamaño Gómez, economista del Estudio Ledesma.
“El productor agrícola siempre retuvo una parte de su producción, pero este comportamiento se está profundizando porque el cepo cambiario le impide refugiarse en el dólar. Y la soja es lo único que ahora le funciona como cobertura, especialmente con la amplia difusión que tienen los silobolsas, donde se puede guardar la cosecha a lo largo de todo un año”, agregó el experto.
En este sentido, amplió el concepto con un dato clave: “A partir de ahora se va a notar más que nunca cómo los períodos de mayor liquidación del 2013 van a coincidir con los momentos en que los productores necesitan más recursos para afrontar la campaña”.
Cabe destacar que en la primera semana del año ingresaron apenas u$s111 millones en concepto de exportaciones de granos, el nivel más bajo desde el 2007.
En diálogo con iProfesional.com, un reconocido corredor de granos y referente en materia de agronegocios, confirmó que “la venta está muy aletargada. Nadie quiere desprenderse de la soja. Por eso hay inmovilizadas entre 5 y 6 millones de toneladas de granos, que por el momento no van a ingresar al circuito comercial”.
Para el experto, que conoce bien el paño, este comportamiento, que se agudizó en las últimas semanas, obedece al actual contexto de marcada incertidumbre y a las expectativas que están jugando en contra de las intenciones del Gobierno, principalmente en dos frentes:
1. Precios: los u$s500 por tonelada de soja que se pagan para los contratos a futuro, si bien son buenos, lejos están de ser “espectaculares“, por lo cual es una regla que los productores se “sienten” sobre la cosecha a la espera de una mejor cotización.
Sucede que, según un relevamiento realizado por la Bolsa de Comercio de Rosario, a los valores actuales, las 52 millones de toneladas de soja que se esperan obtener, deducidas las retenciones, valen en el mercado unos u$s17.600 millones. Sin embargo, restando fletes internos y externos y gastos de producción, apenasquedarían unos u$s2.500 millones para repartir entre los 73.500 productores de soja registrados que hay en la Argentina.
En este contexto, el vicepresidente primero de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Néstor Niell, aseguró que “la actual campaña tiene un mejor pronóstico que la anterior, pero no es la cosecha gloriosa que todos esperaban para emparchar y sanar las heridas y cicatrices que dejó el ciclo previo”.
A esto se suman las perspectivas para la campaña en Brasil, que hablan de una cosecha récord de más de 80 millones de tonelada en ese país, factor que impedirá que la cotización del “yuyito” se mueva al alza.
Conclusión: hay un desaliento a desprenderse rápidamente de los stocks frente a precios que hoy lucen poco atractivos.
2. Tipo de cambio: en segundo lugar, influye el problema que genera el hecho de que se esté ampliando tanto labrecha entre el dólar oficial y el “blue”.
La razón es simple pero de muy compleja solución: por un lado, al cerrárseles a los productores la ventana para la compra de dólares oficiales, la única chance que tienen para acceder a divisas es a través del mercado informal, con los consecuentes riesgos de operar en negro.
El problema es que, según indicó a iProfesional.com el corredor de granos mencionado, que pidió estricto off the record, “al productor, cada dólar que vale su cosecha tranqueras adentro, posteriormente le deja apenas $3,20, por las retenciones. Esto implica que debe poner más del doble de lo que recibe para adquirir billetes en la plaza informal. Por eso, muchos sojeros tienen sus reparos a la hora de ir al ´blue´”.
Esto implica, según Caamaño Gómez, “que más que nunca los productores se van a aferrar a los granos, que es lo más cercano al dólar que tienen”.
En este contexto, el “árbitro” del partido serán las expectativas de devaluación: “En tanto y en cuanto el Gobierno deje la puerta abierta a que irá acelerando la suba del billete verde -para que no se amplíe tanto la brecha con el paralelo-, menos liquidación de divisas veremos en los próximos meses“, acotó el corredor de granos.
La razón es simple: cuanto más suba la cotización fijada por el BCRA, más pesos recibirán los productores. Ante ello, se sientan a esperar a que ello suceda y así beneficiarse con un tipo de cambio más alto. 
Es por ello que entre los expertos hay un consenso claro: si bien a fines de marzo se prevé un buen nivel de liquidación de divisas, ya nadie habla de una “tormenta” de agrodólares, sino que anticipan un“chaparrón” fuerte entre marzo y junio y luego una “garúa” que se extenderá a lo largo del año.
“La liquidación va a estar mucho más repartida durante todo 2013 en función de las necesidades de los productores, no cuando lo pretenda el Gobierno”, acotó Caamaño Gómez, quien agregó que “esto preocupa dado que el 10% de la recaudación anual corresponde a las retenciones“.
No va a haber una avalancha de dólares. Si en marzo la brecha entre el oficial y el paralelo sigue siendo amplia, el productor va a retener lo máximo posible”, acotó el directivo consultado.
Claro que todo depende las “urgencias” y de las espaldas de cada productor. En este sentido, un punto interesante es analizar la estructura del negocio sojero en la Argentina, que muestra una fuerte concentración de la producción en pocos jugadores, que son justamente los más fuertes y los que más espalda financiera tienen para “aguantar” la cosecha y no vender.
Así las cosas, se estima que en la Argentina existen unos 73.500 ruralistas que cultivan soja. De ese total, cerca del 50% (35.000) son pequeños productores que levantan menos de 150 toneladas. En total, esto representa apenas el 7% del volumen nacional.
Como contrapartida, apenas 4.500 productores, es decir, el 6% del total, son responsables de comercializar más de la mitad del “yuyito” de la Argentina, lo que muestra a las claras el alto nivel de concentración en los jugadores más fuertes, una variable que claramente no le conviene al Gobierno, tal como se puede ver en la siguiente infografía: 
“Es un hecho que, en la medida en que no liquiden sus stocks a lo largo de 2013, se verá una creciente presión oficial hacia exportadores y grandes pooles para que se desprendan de la cosecha. Este va a ser un punto de conflicto, como sucedió otros años”, disparó la fuente que pidió off the record.
Una cuenta difícil: menos vencimientos pero más energía
Los compromisos financieros a lo largo de este año, según explicó a iProfesional.com Rodrigo Alvarez, economista de la consultora Analytica, “no son tan fuertes como los de 2012. Hay unos u$s4.000 millonesen vencimientos de deuda, la mitad que el año pasado, con lo cual se espera una situación más holgada en ese sentido”.
Sin embargo, Ramiro Castiñeira, analista de Econométrica, aseguró que “la disponibilidad de dólares va a estarcada vez más condicionada por la necesidad de importar energía”.
Según el experto, para quien la pérdida de autoabastecimiento se “llevó puesto al modelo”, si el Gobierno aspira a que la economía crezca, “se va a tener que resignar a liberar más divisas para importar insumos, bienes de capital y hacer frente al abastecimiento energético“.
En este sentido, Castiñeira brindó un dato clave: “Por cada punto de crecimiento adicional del PBI, esto se transforma automáticamente en u$s1.000 millones más en concepto de importaciones de energía. De modo que, con crecer un 3%, habrá que destinar u$s3.000 millones más a este rubro”.
Según el experto, “para 2013 se espera que el país tenga que pagar una factura por este concepto de unos u$s13.000 millones, una cifra que será mayor al superávit comercial esperado para este año”.
Por eso, consideró que “el cepo cambiario llegó para quedarse”.
El otro punto central y que explica la “obsesión” por los billetes verdes está dado por la situación de las reservas del Banco Central. Al respecto, Caamaño Gómez consideró que “después de tres años consecutivos de pagar deuda, las reservas están knock out. La relación entre éstas y el pasivo monetario se encuentra en elnivel más bajo de los últimos años. Patrimonialmente, al haber emitido tanto, el BCRA está débil y ya no dispone de tanto poder de fuego”.
El experto consideró que, si bien la entidad monetaria no debe lidiar con el mercado formal -vedado a los ahorristas-, sí debe estar atenta a lo que ocurra con el blue: “Es una plaza mucho más chica, es cierto, pero si el Central quisiera jugar indirectamente y domarlo a lo largo del año, el Gobierno sabe que deberá contar con más dólarespara sostener las reservas”, disparó. 
Empresas en la mira
Con un campo que profundizará su tendencia a “sentarse” sobre la cosecha y un año de mayor dinamismo para las importaciones de energía e insumos clave para sostener el crecimiento, la administración kirchnerista ya comenzó a tejer su estrategia tendiente a presionar en algunos frentes y así evitar que la propia dinámica de la economía absorba esas divisas fundamentales para llegar con oxígeno a fin de año.
En concreto, el Ejecutivo está reflotando su plan para que ninguna multinacional gire dividendos a sus casas matrices a lo largo del 2013. Con esta prohibición, aspira a un doble efecto: que las empresas reinviertan utilidades y que esos pesos no se vuelquen a la compra de dólares.
En diálogo con iProfesional.com, el presidente de una automotriz de origen europeo que opera en el país, confió bajo estricto off the record que “nos contactaron y nos dejaron en claro que, por el momento, no podremos girar divisas al exterior. La medida genera incertidumbre porque no se fijó una fecha límite, sino que rige por tiempo indeterminado”.
El directivo aseguró además que esta decisión está impactando en todas las automotrices, tanto las que tienen planta fabril en el país como aquellas que son sólo importadoras.
De la mano de ese “cepo” al giro de dólares, reveló que se espera que, entre 2012 y 2013, queden en el país unos u$s2.000 millones.
Esta presión sobre el sector automotriz lejos está de ser la única. Para esta misma actividad, comenzó larenegociación de los planes 1 a 1 (que obliga a exportar un dólar por cada dólar que se quiera importar).
Esto también se ha hecho extensivo a otros sectores, como el de supermercados.
En su afán por cuidar la caja verde, también se tiene bajo la mira a los importadores, para que posterguen sus pagos al exterior.
Esto, más allá de la mayor presión para reemplazar productos traídos de afuera por nacionales, en particular, en el sector del supermercadismo.
Por su parte, los bancos, ya saben que las buenas ganancias logradas este año deberán quedar en el país.
El Gobierno, también está metiendo presión en las empresas de maquinaria agrícola. Así las cosas, acaba de obligar a Claas International -una multinacional con casa matriz en Alemania-, a no girar utilidades al exterior hasta el 2014.
También, se espera que el Ejecutivo vuelva a la carga sobre las empresas del sector minero, a las que en 2012 ya había impedido que enviaran a sus casas matrices cerca de u$s800 millones.
En este contexto, Alvarez, de Analytica, sostuvo que “este mecanismo para evitar que salgan divisas le deja más margen al Ejecutivo. Sin embargo, el resultado no es positivo, porque si bien por un lado no se van billetes verdes del país, tampoco están lloviendo dólares frescos en la economía por el propio efecto de este tipo de restricciones”.
Pero esto parece ser un “detalle” para la administración K, que está acercando la lupa para seguir bien de cercalos pasos de cerealerasprocutores ruralesminerasautomotrices, así como de un amplio abanico de sectores industriales. La orden es clara: dólares para energía, sí. Para casas matrices, no.

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