lunes, 14 de enero de 2013


Cerdos : Manejo alimentario de las futuras reproductoras

<:section>  Las nulíparas constituyen el 25% del censo de nuestra explotación y es muy importante que su manejo sea lo mejor posible, ya que son indispensables para mantener una estructura censal correcta y unos niveles productivos óptimos. Aunque hay otros aspectos fundamentales que debemos tener  en cuenta: genética, sanidad, manejo, instalaciones, etc… El futuro desarrollo [...]

Las nulíparas constituyen el 25% del censo de nuestra explotación y es muy importante que su manejo sea lo mejor posible, ya que son indispensables para mantener una estructura censal correcta y unos niveles productivos óptimos.
Aunque hay otros aspectos fundamentales que debemos tener  en cuenta: genética, sanidad, manejo, instalaciones, etc… El futuro desarrollo de las cerdas nulíparas, y por lo tanto el correcto funcionamiento de nuestra explotación, viene determinado en gran medida por el manejo alimenticio que administremos a las cerdas hasta la primera cubrición. Esto será fundamental para alcanzar los siguientes objetivos:
  • Pubertad y desarrollo correcto del aparato genital de la cerda.
  • Ritmo de crecimiento moderado; entre 600 y 800 gramos/día de Ganancia Media Diaria (GMD) desde el nacimiento. Crecimientos excesivamente altos o excesivamente bajos impiden la aparición de la pubertad en el momento adecuado. Por ejemplo; una GMD inferior a 600 gramos/día retrasa la aparición de la pubertad en las cerdas y provoca una menor respuesta al efecto macho.
  • Adecuada condición corporal y/o grasa dorsal en el momento de la cubrición. Durante los últimos 15 años se han producido grandes cambios a nivel de genética, y las cerdas de hoy deben ser manejadas de manera distinta ya que son líneas magras y con ritmos de crecimiento más elevados.
    • En una escala subjetiva de 0 a 5 de medición de la condición corporal el objetivo de cubrición en cerdas nulíparas es un valor de 4. Hay que ir con cuidado con este método si se trabaja con diferentes genéticas.
    • Espesor de Grasa Dorsal (EGD) a nivel de P2; aunque los valores pueden variar según la genética, los valores de óptimos de referencia son de 16-18mm de EGD en el momento de la cubrición.
  • Correcto desarrollo de los aplomos; debemos cubrir las necesidades vitamínico-minerales de las nulíparas.
  • Elevada productividad y larga vida productiva. Nuestro objetivo será conseguir un buen nº de lechones y de alta calidad.
La fase comprendida entre la entrada a cebadero hasta la cubrición la vamos a dividir en dos periodos de tiempo:
  1. De 20 a 80 kilogramos. Aplicaremos un único tipo de pienso.
  2. De 80 kilogramos hasta la cubrición. Aplicaremos uno o dos tipos de pienso.
En la mayoría de las granjas que visito usamos dos tipos de pienso; de 20 a 80 kilos y de 80 kilos hasta la cubrición. El primer pienso se administraría desde los 20 hasta los 80 kilogramos; el segundo pienso a partir de los 80Kg. También existe la posibilidad de administrar un tercer pienso a partir de los 105 Kg.
Otro aspecto fundamental es el control de calidad de las materias primas que se usan en estos piensos sobre todo en lo referido a micotoxinas:
  • Control de zearalenonas, por su acción estrogénica.
  • T2, por su efecto en la disminución del consumo.
  • Ocratoxinas por su posible relación con úlceras gástricas.
  • Aflatoxinas, por su acción inmunosupresora.
Un correcto control debería empezar desde la cosecha, el almacenamiento y terminar a nivel de granja. Donde una de las formas más comunes es el uso de secuestrantes de micotoxinas en el pienso, también debemos tener los silos en las mejores condiciones posibles y realizar una limpieza y desinfección de los silos 2-3 veces al año.
1. Pienso de 20 a 80 kg:
En esta fase el objetivo es optimizar el crecimiento magro y corporal, así como sentar las bases para un buen desarrollo óseo.
Los requerimientos energéticos y el perfil de aminoácidos son similares a los animales de cebo, por tanto el pienso se va administrar siempre ad libitum.
En principio durante este periodo podríamos usar cualquier dieta comercial destinada a animales de cebo, ya que cumpliría con los requisitos marcados.
2. Pienso de 80 kg hasta cubrición:
El pienso que usemos para esta segunda fase debe ser específico para futuras reproductoras. Las diferencias en esta fase son notorias respecto a los animales de cebo y debemos usar correctores vitamínico-minerales para futuras reproductoras.
Durante esta fase confluyen dos funciones de vital importancia, como son la reproducción (con la aparición de la pubertad, primeros celos, ovulación, fecundación,…) y la del propio crecimiento del animal ya que, en genéticas modernas se considera que siguen creciendo hasta el tercer parto.
En este caso la alimentación puede ser ad libitum o restringida; si usamos alimentación restringida debemos tener cuidado con los momentos cercanos a la cubrición ya que podríamos afectar la tasa de ovulación.
En el periodo de recría la cerda elabora las reservas minerales para toda su vida y debido a su importancia debemos usar dietas con premezclas vitamínico-minerales específicas para futuras reproductoras.
CONCLUSIONES:
  • La reposición es la clave de la continuidad de las granjas.
  • Las futuras reproductoras deben comenzar su vida productiva en las mejores condiciones y en el momento adecuado.
  • Aparte de la genética, sanidad, manejo e instalaciones, un buen manejo de la alimentación es vital para conseguir los objetivos

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