viernes, 11 de enero de 2013


A nuestras vacas, ni les sacan el cuero

A nivel regional, todos los proveedores en el mercado de carne bovina tuvieron en 2012 indicadores de los cuales estar orgullosos. Menos Argentina.
Si bien las comparaciones suelen ser odiosas, pueden ser más abominables cuando involucran a la Argentina en relación con los países de la región. Durante el año pasado, en el terreno ganadero, perdimos por goleada y hasta generamos compasión entre nuestros adversarios. Todos nuestros socios en el Mercosur –competidores en el mercado mundial de la carne vacuna– tienen indicadores de los cuales estar orgullosos. Menos los productores y frigoríficos argentinos. Un breve repaso.
Brasil. Entre septiembre de 2011 e igual mes del año pasado, las exportaciones crecieron casi siete por ciento respecto de 2011 y alcanzaron a 1,4 millón de toneladas. Del total de la carne producida en Brasil, el comercio exterior se lleva casi el 20 por ciento.
Paraguay. Sus ventas de carne bovina al exterior alcanzaron el récord en divisas, con un total de 1.154 millones de dólares, según el servicio sanitario paraguayo. La cifra supera en 23 por ciento el récord anterior de 940 millones de dólares. Hay que destacar que la ganadería paraguaya se vio afectada este año por un foco de aftosa que paralizó en forma parcial sus exportaciones.
Uruguay. Al 22 de diciembre pasado, las exportaciones orientales eran de 362 mil toneladas, 10 por ciento más que en igual período del año pasado, cuando los embarques reunieron 328 mil toneladas. El ingreso de divisas por la venta de cortes vacunos al exterior fue de 1.340 millones de dólares, 6,5 por ciento más que el año pasado, según datos oficiales del Instituto Nacional de Carne de Uruguay.
Argentina. La peor del grado. En los primeros 11 meses del año se exportaron 202 mil toneladas, un 18 por ciento menos que en igual período del año pasado. Fue el peor desempeño de la carne argentina en el exterior desde 2001, cuando la aftosa alejó a la mayoría de los clientes internacionales. Las ventas de carne al exterior participan con menos del ocho por ciento del total de la producción.
Para seguir apuntalando la fábrica de terneros (es decir al criador), el gobierno brasileño pondrá en marcha el 1° de marzo una línea de crédito por dos mil millones de reales para promover un mayor desarrollo de la ganadería, que apunta a la recuperación de suelos degradados, mejoramiento genético y sanidad. El dato saliente es que esta línea de crédito tendrá un interés anual de 5,5 por ciento, impensado en economías –como la Argentina– donde la inflación multiplica hasta por cinco esas tasas de financiamiento.
Durante el año pasado, la producción de carne bovina del Mercosur ofreció al mundo un espejo en el que Argentina no se ve reflejada. Ubicada ya por debajo del puesto 10 en el ranking de proveedores mundiales, la carne argentina necesita señales. El ganadero, para seguir produciendo y no perder con el valor del novillo frente a la inflación; y los frigoríficos exportadores, para recuperar rentabilidad. De lo contrario, continuará pasando inadvertida.

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