domingo, 6 de enero de 2013


2012: un año con balance negativo para el agro

El año que despedimos dejo una importante pérdida de cosecha, especialmente en lo que se refiere a cosecha gruesa, maíz y la soja.
El vicepresidente primero de la Bolsa de Cereales, Nestor Niell, sostuvo que “del balance de 2012 queda que la importante pérdida de cosecha fue algo negativo. Especialmente lo que se refiere a cosecha gruesa, maíz y la soja”.
“Se sintió más fuerte en la soja y el maíz. En el caso de la soja cuesta mucho, y esto implicó una cosecha de cuarenta y pico de millones de toneladas contra los cincuenta y pico que se podía esperar”, indicó el presidente de Intagro. Agregó que “así hubo que reducir las exportaciones y una molienda que tuvo que bajarse a la luz de la poca existencia”.
Desde el punto de vista productivo, dijo para Radio Colonia que no fue un año feliz. “Tuvimos un año con una sequía importante que mejoró a comienzos del 2012, pero terminó muy mal el 2011. Esto fue de alguna manera compensado con un comportamiento de valores mundiales muy atractivos e interesantes que una parte de los productos lo tomaron y otros lo hicieron tardíamente. O sea, la soja lo tomó desde su comienzo. Ahí hay mucha competencia entre exportación e industria. Es más, a veces hubo comportamiento de una demanda que a pesar de caídas externas acá no caía en función de una fuerte demanda y de las restricciones de productores que no vendían porque se habían quedado sin soja o porque no tenían mejores alternativas que quedarse con la soja en sus instalaciones”.
En cuanto a maíz, “la primera parte del semestre del año no tomó estos valores porque todavía seguía la vieja política de manejo de Roes y exportación que significaba márgenes para los compradores de US$ 40/50 por tonelada. El segundo semestre del año se modificó el sistema de Roes y tuvo una mejoría. Se agilizó la cantidad de Roes a otorgar a distintos exportadores y liberalizó el sistema. Así empezó a reaccionar de los US$ 140/150. Diría que fueron buenos valores, algunos tomados por el productor argentino y otros tomados tardíamente, y una cosecha muy pobre. Obviamente, esto significó que hubo zonas con pérdidas más o menos importantes y que los capitales de trabajo se resintieran. Con lo cual había una enorme preocupación por, en primer lugar, cómo se enfrenta a la nueva siembra, y segundo, tratar de no tener en la nueva siembra otro episodio así porque dos años seguidos con problemas de pérdidas de rendimiento hace que muchas zonas tengan problemas serios, no solo del productor sino también de los proveedores de plata e insumos”, indicó Niell.

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