miércoles, 12 de diciembre de 2012


Trigo sarraceno, con traje de verano

Seudo cereal:no contiene gluten y se lo utiliza en la industria de la panificación, pastas y destino forrajero
El trigo sarraceno es un cultivo estival perteneciente a la familia de las poligonáceas. Es considerado un seudocereal, ya que posee características similares a los granos de cereales verdaderos. 
Su principal diferencia radica en su composición, ya que no contiene gluten, razón por la cual su producto puede ser consumido por personas con afección celíaca.
Es un alimento altamente energético y, además, posee vitaminas, minerales y proteínas de alto valor biológico, como la rutina o vitamina P, que es recomendable para cardiopatías. Se utiliza para la industria de la panificación, pastas, alimento de ganado y con su cáscara se realizan almohadas terapéuticas.
 
Ciclo corto. Una característica destacable del trigo sarraceno es su corto ciclo de cultivo, alrededor de 75 días; constituyéndose en una alternativa interesante para lotes liberados tarde por parte de los cultivos invernales, o incluso la posibilidad de realizar trigo sarraceno sobre trigo sarraceno en la misma campaña.
Actualmente, la comercialización del grano es compleja. El precio internacional pagado al productor es aproximadamente 15 por ciento superior al trigo pan.
Para la región central semiárida de la provincia de Córdoba no se cuenta con información referida al comportamiento agronómico. Entre los aspectos del manejo del cultivo que deben ser abordados sobresalen la elección de la fecha y densidad de siembra.
El objetivo de este trabajo fue obtener información respecto de las pautas de manejo en la provincia de Córdoba.
Ensayo a campo. El ensayo se condujo en el Campo Escuela de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Se lo implantó en siembra directa. La semilla utilizada provino de un productor de Tres Arroyos (Buenos Aires). Se realizaron tres fechas de siembra, 11 de octubre y 15 de noviembre de 2011, y el 12 de enero de 2012.
En esta última fecha de siembra, también se reimplantó el cultivo sobre el lote en el que se acababa de cosechar la primera fecha de siembra. Se utilizaron dos densidades, con 100 y 200 semillas viables por metro cuadrado.
Se utilizó un diseño en bloques completos aleatorios con tres repeticiones. Cada parcela estuvo constituida por cinco surcos de cinco metros de longitud distanciados por 20 centímetros entre sí.
Se midió el porcentaje de agua edáfica a la siembra y a la cosecha y se estimó la EUA (eficiencia del uso del agua). A partir de una muestra de dos metros cuadrados se determinó el rendimiento en granos (kg/ha) y el peso de éstos al cero por ciento de humedad.
A partir de ambas variables, se estimó el número de granos por metro cuadrado. La información fue sujeta al correspondiente análisis estadístico.
Resultados. No hubo variables que no fueran afectadas por la fecha de siembra. En cuanto al rendimiento en grano, la tercera fecha de siembra (12 de enero) brindó la más alta producción, lo cual coincidió con los valores más altos para el resto de las variables analizadas.
Si se cuenta con pronósticos meteorológicos que indiquen un efecto “año Niña” para el ciclo del cultivo –tal como aconteció en la campaña 2011-2012–, la oportuna elección de la fecha de siembra puede atenuar el efecto de la merma de las precipitaciones respecto de la media histórica.
La siembra de enero resultó la mejor opción de manejo, ya que se logró acumular más agua en el suelo y se posicionó al período crítico del cultivo en un contexto ambiental con temperaturas medias más bajas.
Precocidad. La precocidad del trigo sarraceno sembrado en octubre resultó una estrategia importante para escaparle a la sequía de diciembre de 2011, momento en el que la floración ya había acontecido.
En regiones con clima templado, tal el caso del centro de la provincia de Córdoba, donde el período libre de heladas supera los 272 días, el cultivo del trigo sarraceno con su ciclo de 70 días posibilita obtener dos cosechas durante el período primavero-estival.
De manera preliminar, las más de dos toneladas obtenidas con el doble cultivo superan holgadamente el rendimiento logrado con la siembra de enero como cultivo de primera.
En cuanto al efecto de la densidad de siembra sobre el comportamiento agronómico del trigo sarraceno, la opción de 200 semillas viables por metro cuadrado resultó la más apropiada.
La consabida asociación negativa entre producción de biomasa aérea y precocidad probablemente se encuentre a la base de la incapacidad de aprovechar, a través de ramificaciones, la disponibilidad de espacio que brinda densidades de 100 semillas viables por metro cuadrado.

Conclusiones. 
El cultivo no se vio afectado por plagas ni enfermedades en ninguna de las condiciones de manejo evaluadas. Su corto ciclo biológico abre un interesante abanico de opciones, entre las que se destacan un cultivo de primera sembrado tarde o cultivo de segunda, ya sea sobre un cultivo de invierno o sobre un trigo sarraceno de primera. Desde el punto de vista económico, se debe dar valor agregado a la producción a través del desarrollo de alimentos funcionales.
La autora es estudiante avanzada de Ingeniería Agronómica; agradece la tutoría del ingeniero agrónomo Ricardo Maich. E-mail: dionisicarlapatricia@gmail.com

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