sábado, 15 de diciembre de 2012

¨Producir trigo es una cuestión de fe¨


El tesorero de AAPROTRIGO, Raúl Maestre, se refirió al hecho que la cebada está más presente en la zona triguera que el mismo trigo.

El trigo argentino es una marca registrada en el mundo. Sin embargo, la incertidumbre producto de las políticas oficiales lo han degradado, al punto de que su “hermana menor”, la cebada, hoy está más presente en las zonas donde el trigo era un clásico. Al respecto, el tesorero de la Asociación Argentina de Productores de Trigo, AAPROTRIGO, Raúl Mestre, ve muy complicado al panorama actual y futuro para el cultivo.

“La próxima siembra se va complicando. Es más o menos lo que se esperaba. Por lo que ocurrió con los ROEs, el comprador, ante semejante incertidumbre, toma una prima de descuento respecto al mercado, porque sabe que esto puede ocurrir Así, se cubre por si debe hacerse cargo de las obligaciones o del pago de alguna imposición respecto del incumplimiento de contrato. Ante años anteriores de situaciones similares de incumplimiento, de cambios de reglas, tenés que hacerte cargo de alguna diferencia”, dijo en referencia al problema de los ROEs otorgados por sobre el saldo exportable.

Ante esto, el exportador “previendolo, ha tomado un margen para no tener que hacerse cargo de esa obligación, pagando ese diferencial de precio menor que recibe el productor, quien sigue pagando estas situaciones de incumplimiento”.

Por ello, “el productor busca alternativas. Cuando un productor genera un producto, lo hace no solo para producir sino que responde a unas obligaciones financieras que tiene todo el año. Tratas de generar es aquel producto que tenga liquidez suficiente al momento de pagar las obligaciones. Si tuviste restricciones para vender el trigo, éste deja de ser una moneda de cambio”.

Mestre consideró que “Si hay gente con fe, es justamente la gente de los semilleros. Ver que siguen trabajando en desarrollos de nuevos materiales, en convenio con Francia y EE.UU., en total soledad con respecto a las políticas agrícolas, y continúan subvencionando con su empresa familiar este emprendimiento. La fe es lo único que siempre termina mandando en esta situación del productor. Con los horizontes que tiene, seguir produciendo una hectárea de trigo es cuestión de fe”.

De cara al futuro, pronosticó que “el Gobierno, en un esfuerzo económico necesario, abrió esos ROEs y supongo que las va a volver a abrir, ya que confían que se va a lograr ese volumen”.

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