El ministro frena un programa nuevo del referente del Movimiento Evita.
Aunque públicamente se muestran amigables, intramuros, el ministro de Agricultura, Norberto Yauhar, y el subsecretario de Agricultura Familiar y referente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, parecen haberse convertido en protagonistas de una disputa atravesada por el control de fondos y programas.
En agosto pasado, cuando fue designado por la presidenta Cristina Kirchner al frente de la Subsecretaría de Agricultura Familiar, que depende de Yauhar, Pérsico anunció que planeaba unificar los distintos programas de esa subsecretaría en uno solo, denominado Patria.
Con el llamado Patria se esperaba que al reagruparse los distintos programas se reasignaran fondos por $ 500 millones en favor de la iniciativa de Pérsico.
Sin embargo, hasta ahora Pérsico no lo logró porque Yauhar no firmó la resolución respectiva. Sin esta vía, al subsecretario de Agricultura Familiar sólo le queda recurrir a la presidenta Cristina Kirchner para que lo haga por decreto.
"Yauhar no le va a sacar el programa por resolución", contó una fuente que pidió reserva de su nombre. Trascendió que, si no hay resolución, ya se redactó un borrador de decreto presidencial en auxilio del subsecretario de Agricultura Familiar para su iniciativa.
El ministro no logró digerir nunca la llegada de Pérsico al Ministerio porque éste tiene vuelo propio. "Yauhar es muy personalista; quiere manejar todo y ser él el dadivoso [con la entrega de fondos]", agregó la fuente.
En realidad, la pelea excede a Pérsico e involucra también a Carla Campos Bilbao, secretaria de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar y, en lo formal, jefa directa de Pérsico. Varias fuentes señalan que la relación de Campos Bilbao con Yauhar se ha deteriorado.
El ministro tomó otras dos medidas que afectan el área de Pérsico. Yauhar le sacó el manejo de los fondos del Programa de Apoyo a Pequeños y Medianos Productores (Papym). Se trata de unos $ 120 millones que ahora controla Haroldo Lebed, secretario de Coordinación Político Institucional y Emergencia Agropecuaria. Lebed es hoy la mano derecha de Yauhar en esa cartera.
El ministro también bloqueó, según trascendió, la caja chica para viáticos y otros gastos de unos 900 técnicos desparramados por el interior. "Son empleados del Ministerio que no tienen ni para el combustible de las camionetas por esta pelea", contó la fuente.
En la disputa se cuela otra polémica, en este caso por la ley de semillas. Yauhar y su secretario de Agricultura, Lorenzo Basso, consensuaron hace unos meses con la industria semillera y algunas entidades de la producción modificar la ley de semillas. Pero Pérsico luego dijo que "no está en el temario del Gobierno una ley de semillas".
LA HISTORIA OFICIAL
Hasta aquí, lo que se conoce intramuros del Ministerio de Agricultura. Sin embargo, la historia oficial que transmiten desde esa cartera procura no ventilar las internas.
"La relación entre los dos está diez puntos. Son compañeros de militancia", precisó una fuente oficial.
Hace unos días, el portal lapolíticaonline se hizo eco de versiones de que la subsecretaría de Pérsico se trasladaría a la órbita del Ministerio de Desarrollo Social de Alicia Kirchner. De hecho, Pérsico ya fue funcionario de esa ministra.
"No sabemos de dónde salió eso", dijeron en Agricultura. Ante LA NACION, Pérsico calificó de "chicana" y "operación" esa versión. "Estoy contento acá", indicó.
Consultado sobre las insistentes versiones acerca de la disputa con Yauhar, expresó: "No hay nada; no hay ninguna dificultad. Hay un apoyo del Ministerio a los pequeños productores", afirmó. Sin embargo, no abundó en la suerte de Patria. Para bajarle el tono, Pérsico contó que el viernes pasado participó junto a Yauhar de la colocación de una placa en esa cartera por los campesinos desaparecidos. Además, expresó que los dos estuvieron, antes del acto del kirchnerismo el domingo pasado en Plaza de Mayo, en un encuentro con unos 10.000 productores en el Obelisco. Al Ministerio de Agricultura le costó casi 3 millones de pesos traer esos productores, según diversas fuentes.
Pese al mensaje de unidad hacia afuera, puertas adentro del Ministerio de Agricultura la historia parece ser otra. "No les queda otra; en público tienen que abrazarse. Son políticos", dijo alguien que conoce a ambos.
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