miércoles, 12 de diciembre de 2012


La UE rechaza toxicidad de transgénicos

Bruselas – La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), una agencia de la Unión Europea, rechazó definitivamente ayer las conclusiones de un polémico informe del profesor francés Gilles-Eric Séralini que afirma que el maíz transgénico NK 603 y el herbicida Roundup del grupo Monsanto son tóxicos. «Las conclusiones del estudio (…) no se apoyan con [...]
Bruselas – La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), una agencia de la Unión Europea, rechazó definitivamente ayer las conclusiones de un polémico informe del profesor francés Gilles-Eric Séralini que afirma que el maíz transgénico NK 603 y el herbicida Roundup del grupo Monsanto son tóxicos.
«Las conclusiones del estudio (…) no se apoyan con datos», dijo la EFSA en su evaluación final del artículo publicado el pasado 19 de septiembre en la revista Food and Chemical Toxicology y que relanzó la polémica sobre la presunta toxicidad de los transgénicos.
«Las importantes omisiones en la concepción y la metodología» del estudio «implican que las normas científicas aceptables no fueron respetadas y en consecuencia no está justificado volver a examinar las evaluaciones previas sobre la seguridad del maíz genéticamente modificado NK 603», dijo la EFSA en un comunicado.
La agencia europea explicó que sus conclusiones son el resultado de evaluaciones distintas e independientes llevadas a cabo por sus expertos y por seis países miembros de la UE, entre ellos, Alemania, Francia e Italia.
El rechazo de la EFSA no es una sorpresa, y en su primera evaluación los expertos de la agencia consideraron que el estudio tenía omisiones que impedían dar por buenas sus conclusiones.
Por su parte, el organismo de investigación sobre los transgénicos del profesor Séralini (Criigen) criticó a EFSA y denunció su «mala fe».
Omisiones
La agencia europea enumera las omisiones que los expertos de los seis Estados miembros identificaron en la metodología del estudio, entre ellas, objetivos de estudio poco claros, un número poco elevado de ratas utilizadas en cada grupo de tratamiento, falta de detalles sobre la alimentación y el tratamiento de los animales o ausencia de datos estadísticos claves.
La publicación en septiembre del informe, ilustrado con fotografías de ratas con tumores grandes como pelotas de ping pong, y que asegura que las ratas alimentadas con maíz transgénico sufren cáncer y mueren antes, causó alarma social y relanzó la polémica sobre los transgénicos.
El rechazo del estudio de Séralini podría ahora abrir la vía para que la Comisión Europea autorice el cultivo en la UE de siete transgénicos (seis variedades de maíz -incluyendo el MON810- y un tipo de soja) y la comercialización de otros cincuenta productos destinados a la alimentación animal y humana.

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