jueves, 13 de diciembre de 2012


El precio real de la hacienda sigue cayendo

Este año, como en los dos anteriores, no se produciría para las fiestas de Navidad y Año Nuevo un recalentamiento del mercado.
La mayoría de los operadores de ganados y carnes que consultamos a diario coinciden en que durante el verano próximo se registrará una recuperación del precio nominal del ganado.
También observan que este año, al igual que en los dos anteriores, no se produciría para las fiestas de Navidad y Año Nuevo un recalentamiento del mercado, como sucedía casi siempre antes en los últimos días del año.
Mucha carne. Se llega a fin de año con mucha carne vacuna en las cámaras –incluso cortes congelados–, con una superoferta de carnes sustitutas y con un cambio cualitativo en el menú de los argentinos para las fiestas.
 
Con un mercado de carnes saturado, la mayoría piensa que –más que probablemente a lo largo de los próximos meses, y a favor de una reducción de la oferta ganadera– se recuperarán los precios nominales del novillo y de la hacienda liviana de consumo que regían en marzo-abril último.
Para esto, el mercado tendría que subir sus cotizaciones entre el 12 y el 15 por ciento.
Si la suba quedara allí, y se recuperaran sólo los valores nominales de marzo de 2012, la pérdida en términos reales sería de entre 22 y 25 por ciento en un año.
Pronóstico. Lo que la mayor parte de los operadores no prevé es que el mercado –una vez recuperado en marzo próximo lo que valía la hacienda un año atrás– suba además otro 22 ó 25 por ciento para compensar lo perdido en términos reales, para lo cual sería necesario que el novillo subiera de los 8,30 pesos actuales a unos 11,50 pesos por kilo vivo.
En otras palabras, nadie está viendo un aumento del 40 por ciento. Es cierto que hay una menor oferta de carne de pollo, y que los precios de este producto han subido no menos de un 15 por ciento en los últimos 45 días, pero el pollo sigue siendo, igual, tremendamente barato y competitivo.
Deberán pasar muchos meses para que la producción de pollo caiga significativamente y para que al mismo tiempo la suba de su precio relativo le haga perder competitividad.
El avance ha sido tremendo y el retroceso se está produciendo, pero muy lentamente, porque es enorme la capacidad instalada y cuantiosas las inversiones realizadas para seguir aumentando la producción.
“Con una oferta de carne vacuna creciente, exportaciones cayendo mes a mes, abundancia inédita de carnes alternativas y una economía en clara desaceleración, es difícil hacer un pronóstico marcadamente alcista”, nos sintetiza un consignatario.
En los últimos meses parece haberse desacelerado el incremento en la faena, que en algún momento, a mediados de año, llegó a ser un 10 por ciento superior a la del año anterior.
La matanza sigue más alta que en el año 2011, pero por muy poco. Y ese incremento queda neutralizado en gran medida por la caída en el peso promedio de la media res.
Empastados. Es posible que estemos asistiendo a una mini-retención estacional de primavera, impulsada por el excepcional estado de los campos en casi todo el país, salvo las zonas inundadas y las áreas del centro-norte del país que todavía sufren de sequía.
Pero entre el 80 y el 85 por ciento del área ganadera nacional está muy empastada, con ganancias diarias muy altas en invernada y con un estado corporal óptimo para los vientres. Sin embargo, el precio real de la hacienda sigue cayendo, ubicándose hoy un 30 por ciento por debajo de los picos de noviembre del 2010 y marzo del 2011

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