El presidente del laboratorio destacó también su línea de inoculantes y la importancia para el productor de tener doble certificación para sus lanzamientos.
CKC llega a la Argentina en la década del ’70 como Crawford, Keen & Company, y desde entonces es una empresa líder en inoculantes, fungicidas y curasemillas. Su actual presidente, Andrés Kocmur, remarca que se trata de la única empresa en el mercado con doble certificación de sus productos: una, la que brinda la propia compañía, otra, la que realiza el INTA, que mediante un convenio firmado con el mismo logran trabajar en conjunto.
Sobre la historia de CKC, Kocmur recordó: “Es una marca que lleva más de 40 años en el mercado. Fue la primera marca que se empezó a comercializar en el país, trajo allá por los albores de 1970, las primeras variedades de soja. Eran semillas importadas y conjuntamente con esas semillas vino el primer inoculante importado, marca CKC. Se trata de una marca de mucho peso. En el año 2000, esta empresa reconvirtió en capitales nacionales como CKC Argentina”.
Para Kocmur, “suscribir convenio con el INTA y el Instituto de Microobiología y Zoología Agrícola de Castelar (IMyZA) le dio impulso. Permitió instalar la planta dentro del predio del INTA. No es solo una cuestión de espacio, es debido a que se suscribieron otros convenios. El más importante con el IMyZA consiste en que en cada una de las etapas de producción todos los controles de calidad sean realizados por el INTA. CKC es la única marca comercial en el país que tiene doble garantía”.
“Es fundamental que se mantenga la calidad para que las bacterias lleguen vivas a la siembra. Somos la única empresa con certificación oficial del INTA. La calidad es lo que define el resultado. El convenio se suscribió para soja, para ella es el cultivo madre, pero estamos trabajando con abanico grandes de bacterias promotoras para otros cultivos, como maíz, trigo y girasol”, añadió.
Los inoculantes “son productos que necesitan esos cuidados. Esta doble garantía es una herramienta muy importante. Las leguminosas son las únicas especies que pueden autoabastecerse en sus necesidades de nitrógeno, el cual es importante para los rendimientos. Los engrosamientos que observamos en la soja son colonias de bacterias vivas que ‘infectan’ la planta a través de los inoculantes, captan el nitrógeno del aire y se lo transmiten a la planta. Proveemos una fertilidad nitrogenada al cultivo, la cual es renovable, no contaminante y económica. Más que aplicar urea. Esa es la importancia de usar inoculantes, y que los mismos sean de calidad”.
Para contactarse, pueden hacer a la página web www.ckc.com.ar.
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