Maíz transgénico: El escollo de Monsanto en Paraguay
El proceso acelerado de estudio de ingreso de materiales
genéticamente modificados (GM), experimentado en los últimos meses en el
país, sufriría una demora. Esto luego de la publicación de los
resultados de una investigación realizada por la Universidad de la
Normandía, en Francia, que señala toxicidad en el maíz desarrollado por
la multinacional Monsanto, indicó Luis Llano Imas, presidente del
Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (IPTA).
La investigación indica que el maíz NK 603 (resistente al
herbicida Roundup), que está en proceso de ser habilitado comercialmente
en nuestro país, arrojó resultados de toxicidad, generando tumores y
daños múltiples en roedores que fueron alimentados con el maíz.
El titular del IPTA sostuvo que principalmente la demora se daría
en torno a que nuevamente se deben recibir documentaciones adicionales
que serán analizadas antes de concluir el ciclo regulatorio en el país y
no por una política de evitar la utilización de biotecnología.
La doctora Laura Mendoza, del Instituto de Alimentación y Nutrición
(INAN), que representa al Ministerio de Salud ante la Comisión de
Bioseguridad (Combio), también refirió que la investigación realizada
por Gilles-Eric Seralini, de la Universidad de Caen, Francia, también
será incluida en el estudio de inocuidad del evento transgénico, junto
con otros informes e investigaciones que están siendo actualmente
estudiados para la habilitación.
Para que un evento genéticamente modificado sea aprobado para su
comercialización en Paraguay, debe ser aprobado por la Comisión de
Bioseguridad (Combio), que está conformada por representantes de varias
áreas como el Ministerio de Agricultura, el Ministerio de Salud, la
Secretaría Nacional de Calidad y Salud Animal, el Instituto Paraguayo de
Tecnología Agrícola (IPTA), entre otros que deben dar sus dictámenes en
lo referente a su competencia, para luego obtener un dictamen final.
En cuanto a la investigación de la inocuidad para el consumo humano, la doctora Laura Méndez
explicó que en Paraguay no se realiza experimentación de consumo en
seres vivos, solo se realiza una investigación de la bibliografía
disponible, tanto a favor como en contra, para luego emitir un
dictamen.
Por su parte, la ingeniera Liz Rojas,
representante del Senave, indicó que esta instancia se encarga de que
durante las plantaciones experimentales se cumplan con las condiciones
de bioseguridad y la custodia de la semilla.
Luis Llano, presidente del IPTA, precisó que su entidad tiene como
tarea regular los materiales transgénicos en su aspecto de campo; es
decir, el comportamiento de cada producto con su referida cualidad y
característica. Posteriormente, eleva los resultados a la Comisión de
Bioseguridad (Combio), para su análisis y su recomendación para la
liberación comercial.
En el caso del evento NK 603, de la empresa Monsanto, sostuvo que
el material concluyó en tiempo y forma su etapa de evaluación de campo y
que los resultados fueron satisfactorios, observándose las
características que dice tener el material en el dossier presentado por
la empresa obtentora (dueña de los derechos de propiedad), al principio
del proceso regulatorio legal. El material tiene resistencia al
herbicida glifosato y fue aprobado hace varios años en Argentina y
Brasil.
Fuerte repercusión internacional
Aún sin una respuesta oficial de la empresa Monsanto ante la
investigación de la Universidad de Caen, la publicación ha tenido fuerte
repercusión a nivel internacional y sobre todo en la Unión Europea,
donde el primer ministro francés Jean-Marc Ayrault
anunció ayer que solicitará la prohibición a nivel europeo de los
transgénicos agrícolas si se confirma que son peligrosos para la salud.
Por su parte, el autor de la investigación, Gilles-Eric Seralini,
de la Universidad de Caen, rechazó las críticas contra sus métodos de
investigación y describió su trabajo como el informe más detallado hasta
la fecha sobre el tema.
Tanto Seralini como sus colegas dijeron el miércoles que ratas
alimentadas con maíz transgénico de Monsanto o expuestas a su
fertilizante más vendido sufrieron tumores y daños en varios órganos y
una muerte prematura. La Comisión Europea pidió el miércoles a su
agencia responsable de la seguridad de los alimentos que examine los
resultados del estudio para “sacar conclusiones”.
También el eurodiputado francés Jose Bové, una de las figuras emblemáticas de la lucha contra los transgénicos, pidió la suspensión de las autorizaciones de cultivo.
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