sábado, 11 de agosto de 2012

Todos se suman a la precisión


Admite Agrícola en Venado Tuerto


En el entrenamiento en maquinaria se congregan productores y contratistas de numerosas regiones argentinas y de países limítrofes. La apuesta por la tecnología es el denominador común, y el nivel de los docentes en las jornadas, de lo más destacado.

De la región central como la provincia de Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe, pero también de latitudes donde los suelos no son tan benévolos como Chaco, Corrientes, La Pampa o Mendoza, e incluso de países limítrofes como Uruguay o Paraguay, hasta Admite Agrícola llegaron productores, contratistas y usuarios de maquinaria de todo tipo.
Pese a que las historias y las distancias son sumamente distintas, a todos los une el deseo por capacitarse, por seguir fortaleciendo los conocimientos que les permiten resolver situaciones a campo. En ese sentido, la plataforma de entrenamiento Admite propone seis jornadas en las que se aborda de manera teórico práctica, y con las máquinas in situ, los módulos de siembra, cosecha y pulverización, apuntando a que cada participante pueda resolver sus dudas y los inconvenientes que se le presentan en la práctica.
Uno de ellos es Emiliano Avalís, de Godeken, Santa Fe, un contratista que entre siembra y cosecha trabaja unas 7000 hectáreas y que cuenta que “es la primera vez que vengo a Admite, y me pareció buenísimo. Uno tiene una base, pero acá se aprende mucho porque muchos temas en el campo no se viven, y acá las aprendés para llevarlas al campo”, contó. En relación a la agricultura de precisión, indicó que cuentan con monitores en siembra y que hacen mapeos en cosecha. “El manejo del piloto automático es lo que me llevo como algo absolutamente nuevo para mí. Seguramente vayamos paso a paso incorporando las nuevas tecnologías, y comencemos por la dosificación variable, porque los suelos que trabajamos son muy diversos”, anticipó.
Otro litoraleño es José Sabino, usuario de cosechadoras en Amenábar, Santa Fe, donde todos los años trilla entre 4000 y 4500 hectáreas de trigo, maíz y soja. Lleva 16 años en el oficio y de todos modos apostó a la capacitación en Admite. “Es la primera vez que vengo, y pude despejar muchas dudas y aprender mucho, principalmente lo relacionado con la trilla a rotor y la puesta a punto de la plataforma”, describió. Sabino es otro que adoptó las tecnologías de precisión, y utiliza el piloto automático y realiza mapeos desde hace dos años. “En mi caso, me explicaron brevemente cómo funcionaba y ya me lancé a utilizarlo. Hay que animarse, el sistema es realmente muy sencillo”, aseguró.

“Siempre saco algo positivo”

Uno de los asistentes destacados fue Diego Fox, de Maggiolo, localidad situada a 30 km de Venado Tuerto. Lo que lo diferenció del resto es que ésta fue su quinta participación en Admite. Fox trabaja para la empresa Nidera en el sector de maquinarias ligado a la multiplicación de híbridos, y explicó que viene todos los años “porque siempre saco algo positivo y aprendo algo nuevo. De esta edición me llevo todo lo ligado a la agricultura de precisión, que si bien ya había sido mencionado el año pasado, ahora ya incluye el GPRS, una tecnología que posibilita monitorear desde tu computadora en la oficina lo que el equipo trabaja a campo”, indicó.
Además, contó que en Nidera ya utilizan el mapeo, y que están incorporando los monitores de siembra para tener un registro de la siembra variable. “Como realizamos producción de híbridos, utilizamos la tecnología para testear los diferentes rendimientos en función del modo en que fue sembrado”, comentó.
Otra situación particular fue la de Nicolás Sarti, quien decidió cruzar el charco para llegar a Venado Tuerto y realizar el entrenamiento. Contratista de siembra, pulverización y fertilización de Trinidad, en el centro-sur uruguayo, dijo que “me llevo un montón de conocimientos de los que no tenía ni idea, porque en Uruguay no hay quién los brinde. Si bien los suelos en mi país son bastante más arcillosos y pegajosos, y las máquinas bidisco no funcionan bien, todo lo que encontré en las jornadas es un golazo y es transpolable. En Argentina hay mucha y muy buena investigación, algo que se vio reflejado en los docentes de Admite. De hecho, nosotros recién estamos dando los primeros pasos en Agricultura de Precisión”.
Desde el municipio cordobés de General Roca, Osvaldo Bonin es encargado general de las  estancias La Reserva, situada en Tortugas, Santa Fe, y Los Guasunchos, en la provincia del Chaco. Allí tienen 5 mil novillos en feedlot y 6 mil cerdos, que alimentan con derivados de maíz, girasol, trigo y sorgo. Además, producen soja para la comercialización, de modo que el planteo es completo. “Vine a buscar la parte tecnológica, todas las cuestiones ligadas a la siembra de precisión, porque lo que tenemos implementado ya es viejo. En mi caso, hacemos agricultura por ambientes y con dosificación variable. Yo manejo el tema, aunque siempre con el Ingeniero que me asesora. Él interpreta los mapas, y yo llevo las definiciones a la práctica”, expresó.

Apostar al rinde

Otro que realizó un largo viaje para estar presente fue César Fernández, que condujo 19 horas desde Paraguay para no perderse ningún módulo. Ingeniero Agrónomo de la Universidad de Córdoba, hizo agricultura en el país guaraní hasta 1996, cuando debió ingresar a trabajar en una estancia. Pero decidido a ir por la revancha y volver al negocio agrícola, estuvo en Admite para actualizarse. “Quiero entender de maquinaria. En Paraguay sólo la cosecha se realiza a través de contratistas, y me resulta importante apuntar a la máxima eficiencia de las sembradoras”.
En su país la región tradicionalmente agrícola estaba junto al río Paraná, con suelos muy fértiles aunque arcillosos, pero el desarrollo de la soja generó que zonas un poco más alejadas también sean productivas. “Quedé gratamente sorprendido. Los docentes son realmente de primera línea, y todos tienen un conocimiento muy bueno de la tecnología. Vine también porque sabía que la agricultura en Argentina recibe mucha presión impositiva, los costos son altos y sin embargo se produce soja de manera masiva. Entonces quería ver por qué de todos modos es rentable, y encontré que es porque están en sintonía fina: hay que apostar a rendimientos altos, y eso sólo se logra con tecnología”, resaltó.

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