lunes, 23 de julio de 2012

“Uruguay siempre fue muy respetado por su seriedad”


Con más de 20 años como delegado por Uruguay en la Organización Mundial de Sanidad Animal dejó la presidencia del organismo y pasa a formar parte del Consejo. Aseguró que los países miembros miran a Uruguay como ejemplo por haber sabido mantener a la sanidad como una política de Estado. Fortalecer los servicios oficiales es la mejor salida para prevenir enfermedades.

-¿Cuál es el mayor desafío que tiene la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE)?
-Se trabajó mucho en el fortalecimiento de los servicios veterinarios de los países miembros y ese es uno de los grandes desafíos. Vemos que los servicios son muy desiguales a nivel del mundo. Hay servicios oficiales que son muy buenos, otros regulares y algunos muy malos. Si tenemos servicios muy débiles, es muy difícil que puedan controlar adecuadamente las enfermedades en un mundo globalizado, donde se estima que más de 30 personas por segundo cruzan fronteras. Esos países con servicios más débiles están más propensos a enfrentar enfermedades que se están propagando en el mundo.
-¿Cuál es la visión de Uruguay acerca del Programa Global de Control y Erradicación de Fiebre Aftosa?
-Uruguay está sumamente interesado en que el programa global de control y combate a la fiebre aftosa -se lanzó recientemente en Tailandia- funcione para que podamos disminuir el riesgo de transmisión y circulación de virus de la enfermedad en todo el mundo. Vivimos la fiebre aftosa en carne propia y ya vimos hace diez años el impacto que tuvo en nuestra economía (causó pérdidas por US$ 750 millones).
-A nivel de la OIE, donde lleva más de 20 años como delegado de Uruguay. ¿Cómo nos ven el resto de los países miembros?
-Siempre fuimos muy respetados. Uruguay fue un país que hizo las cosas con seriedad. En 20 años tuvo problemas muy importantes como los focos de fiebre aftosa que se registraron en 2001 que nos complicaron muy seriamente, pero reaccionamos en forma muy profesional. Los mercados nos tienen confianza, nos supimos ganar el respeto de los países en base a seriedad y mucho esfuerzo.
-¿Cuál considera que fue la clave de ese éxito que menciona?
-Fue tener la visión país de mantener a la sanidad animal como una política de Estado. A pesar de los diferentes partidos políticos que estuvieron en el gobierno, se mantuvo una misma línea en política sanitaria. Eso lo admiran muchos países. En un mundo donde cada año cambia un 30% de los jefes de los servicios veterinarios, es muy difícil mantener una continuidad en las políticas sanitarias. Uruguay mostró que se pueden mantener políticas sanitarias estables.
-Como presidente saliente del mayor organismo de sanidad, ¿qué les diría a los países miembros de la OIE a modo de mensaje?
-Los países miembros tienen que darse cuenta que el organismo evolucionó mucho en los últimos años. Abarca una serie de aspectos que empezaron con la sanidad animal, hoy se preocupa del bienestar animal, de temas de inocuidad de alimentos y seguridad alimentaria en el mundo.
-¿Cómo se logra evitar perder proteínas animales cuando habrá que alimentar en 2050 a un mundo que estará superpoblado?
-El 20% de las proteínas animales que se producen en el mundo se pierden debido a problemas sanitarios. En 2050 habrá que alimentar a 9.000 millones de personas, por eso la insistencia en lograr servicios veterinarios oficiales fuertes que puedan hacerle frente a las enfermedades y evitar su ingreso a los países. También la OIE puede ayudar en aspectos vinculados con normas en el comercio.
-¿Qué le dejaron estos años al frente de la presidencia de la OIE?
-Me dejó una experiencia increíble. Me permitió entender más la problemática de todos los países para lograr ajustar los programas para poder ayudarlos a solucionar sus problemas. Tenía una visión de Latinoamérica que es muy diferente en los países y fue importante poder ver los problemas in situ para ayudar a solucionarlos.

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