martes, 19 de junio de 2012

Moyano amenaza parar la recolección





La recolección de residuos y el transporte de combustibles son los próximos objetivos a resentir por parte de Hugo Moyano.

El jefe de la CGT y del gremio de los camioneros instruyó a sus colaboradores a organizar desde hoy paros en esas ramas estratégicas de la actividad. Atento al agravamiento del conflicto salarial entre el gremio y la cámara patronal, el Ministerio de Trabajo adelantó para hoy a las 10 una reunión que estaba prevista para el jueves.

Hasta anoche, el sindicato no se había dado por enterado de la convocatoria de la cartera laboral, lo que ponía en duda su presencia.

Los funcionarios dijeron sospechar, incluso, que Moyano intentará eludir las negociaciones para dar rienda suelta a las medidas de fuerza. Sobre esa presunción, Trabajo evitó hasta ahora adoptar la conciliación obligatoria para no consumirla en una instancia no tan grave del conflicto.

Suspicacias

Moyano anticipó los tiempos de su negociación paritaria de modo de hacerla coincidir con la puja que mantiene con sus opositores por retener la conducción de la CGT por un tercer mandato. De hecho, en la cartera laboral recordaron que el actual acuerdo salarial del transporte de cargas está vigente hasta fin de junio, lo que agrega suspicacias respecto de los pasos del líder sindical.

La semana pasada, horas después de la primera reunión en Trabajo por la paritaria, Moyano lanzó un paro en el transporte de caudales. La medida de fuerza arrancó a última hora del jueves y se extendió durante todo el fin de semana.

Como era previsible, la consecuencia fue una falta ostensible de efectivo en los cajeros automáticos y colas de ahorristas que intentaban retirar sus fondos. La huelga coincidió con el pago de haberes jubilatorios y con la celebración ayer del Día del Padre.

En la reunión del jueves pasado el gremio oficializó su demanda salarial: un aumento del 30 por ciento y el pago de una suma fija no remunerativa de entre 3.000 y 4.000 pesos en compensación por el pago del Impuesto a las Ganancias.
De este modo, Moyano coló en la discusión paritaria su pelea de fondo con el Gobierno, que busca librar con las banderas de una modificación sustancial de ese tributo la suba de las asignaciones familiares y el reparto de fondos para las obras sociales sindicales.

Para sostener esas demandas, el sindicalista cuenta a su favor con la potencialidad de paralizar actividades estratégicas: la exhibición del freno a la distribución de caudales fue apenas el primer paso de una escalada que, además de la recolección y los combustibles, tiene como pasos siguientes el transporte de mercaderías, la circulación por los pasos fronterizos y la entrega de correo y diarios.

Asambleas

De hecho, en el gremio explicaron que hoy mismo habrá asambleas por turno que dificultarán las tareas en las 15 ramas de actividad en que se divide la estructura de la organización. Pablo Moyano, hijo y adjunto del jefe del sindicato, aclaró que el único límite que tendrán a la hora de plantear una medida de fuerza será el reparto de lácteos y productos de primera necesidad.

En cambio, otra amenaza se cierne sobre productores agropecuarios y el propio Gobierno: la posible paralización del transporte de 
granos, un sector en donde Moyano mantiene un poder relativo.

Si bien buena parte de esa logística se desarrolla a través de empresas familiares y cooperativas, la intervención del gremio en el sector amaga con complicar la llegada de la 
soja a los puertos y, por lo tanto, la liquidación de divisas por parte de los exportadores que tanto le sirve al Ejecutivo para mantener a raya el dólar.

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