lunes, 18 de junio de 2012

¿Cómo calcular los costos para tomar mejores decisiones?


Agricultura
Afinar el lápiz para ajustar los presupuestos es el camino más directo para sentirse seguro respecto de las decisiones que se toman.
En la Sociedad Rural de Venado Tuerto se está llevando a cabo Admite Gestión, la plataforma de entrenamiento especialmente concebida para contratistas, propietarios y administradores del negocio de maquinaria agrícola. El Ing. Agr. Juan Raggio fue el encargado de introducir los conceptos y ejercitar las destrezas de los asistentes en el cálculo preciso de costos.
“Quienes están pensando en comprar maquinaria para trabajar en su empresa, serían muy atinados en calcular los costos que les generará la operación de esos equipos propios. Afinar el lápiz para ajustar esos presupuestos es el camino más directo para sentirse seguro respecto de las decisiones que tomamos”, aseguró.
Según el especialista, los valores estimados corrientemente en publicaciones especializadas son promedios calculados para áreas específicas del negocio y aproximaciones. Sin embargo, “al profundizar un poco más en nuestras propias estimaciones, se impone un análisis más detallado de cada gestión en particular, con la evaluación fina de los costos de la maquinaria. En ese punto se vuelve necesario aplicar métodos que, sin dejar de ser prácticos, permiten aprovechar al máximo la información disponible y controlar minuciosamente nuestros costos”, indicó.
Raggio enfatizó que al realizar estos cálculos, la persona debe ser consciente de que el resultado será una “foto” del presente que puede resultar inservible apenas unos días después, en especial en un contexto de suba de precios.
A continuación, el docente desglosó el valor de referencia conocido como Unidad de Trabajo Agrícola (UTA), un sistema de medidas que permite establecer un punto de referencia entre quienes ofrecen y quienes toman el servicio de maquinaria. Este instrumento nació, según el relato de Raggio, en la década de los ´70, justamente una coyuntura marcada por la inflación.
“La UTA integra los valores de factores técnicos, como la dureza del suelo y el tamaño de los equipos con factores de mercado, como la oferta y la demanda, la existencia de servicio técnico garantizado y el poder de negociación tanto del tomador como del prestador”, explicó.
A partir de una hoja de cálculo que presentaba un caso concreto, y utilizando asimismo el listado de sus propios equipos, los asistentes realizaron los primeros ejercicios propuestos en el marco del taller. “A la hora de calcular gastos por insumos, amortización y reparaciones, cada quien puede tener un método propio, pero lo importante es seguir siempre el mismo criterio, tomando un cuaderno, y anotando gasto por gasto”, resaltó el docente.
Costos comparados
En la segunda parte del taller, Raggio realizó una comparación entre el trabajo con maquinaria propia y con una de un contratista, a partir de una tabla de cálculos. “Si yo tengo una maquinaria propia, algún beneficio debo tener, porque si me sale mucho más caro que alquilándoselo a un contratista, significa que algo estoy haciendo mal”, destacó, para luego advertir: “También hay que analizar que el beneficio de tener esa maquinaria puede ser directo o indirecto. Alguien puede tenerla para hacer plata en forma directa, o bien para hacer sus cultivos con un costo mayor, pero obteniendo beneficios en forma indirecta, por mejores rendimientos”.
El tema también fue trabajado en forma de taller, a partir de ejercicios grupales, con la asistencia permanente del docente. “A medida que siembro más hectáreas, más me conviene tener un equipo propio, siempre teniendo en cuenta el punto de indiferencia, es decir, aquél valor que me marca cuál de las dos alternativas es la que redundará en costos más bajos”, explicó.
Las cosechadoras
Hacia el final de la jornada, Sergio Marinelli, docente de Admite y contratista, brindó un amplio panorama sobre el análisis de costos para el negocio de las cosechadoras. “Siempre digo que los contratistas de cosechadoras debemos entender varias cosas para calcular nuestros costos, independientemente de cómo sea la empresa. Principalmente, que somos imprescindibles en el esquema agrícola actual”, aseguró, para luego añadir: “Hoy el 70% de la cosecha que se hace en el país pasa por la mano de los contratistas”.
“Por otro lado, en coyunturas como la actual, en la que los números se nos van ajustando, se impone la necesidad de más y mejores datos sobre nuestro negocio”, resaltó.
Afortunadamente, según Marinelli, “La agricultura de precisión vino a solucionar ese problema, porque nos brinda muchos datos, algunos que no sirven, pero otros que resultan muy útiles, como cuántas hectáreas reales estamos trillando”.
“Actualmente, además de estar cosechando soja, maíz, o trigo, también cosechamos datos, y eso es lo que nos permitirá saber cómo está nuestra empresa, en un sector en el que nos manejan mucho el precio”, destacó.
Con esas cifras en la mano –explicó– quienes están a cargo de negocios dentro del rubro, pueden conocer sus costos reales, sabiendo de modo confiable hasta dónde es conveniente negociar los precios.
Además, este tipo de tecnología “también permite diferenciar el servicio, brindándole al cliente datos muy precisos sobre su negocio”, aseguró.

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